A los quince años de la sublevación policial contra el Gobierno de Rafael Correa, ocurrida el 30 de septiembre del 2010, fecha que se conoce como 30-S, el exmandatario la evocó con una reflexión en sus redes sociales.
“Hoy es 30 de septiembre. Hace 15 años casi nos matan, en un cuartel policial, malos policías amotinados por la manipulación mediática. Pensábamos que íbamos a morir, pero no claudicamos”, dijo.
“Por primera vez en la historia, el pueblo salió espontáneamente a las calles a defender a su Gobierno, y el Estado de derecho —y con él la democracia— triunfó. Hubo centenas de heridos y cinco muertos en Quito. Pese a ello, no hay nadie preso. Por odio político dijeron que los respectivos juicios eran persecución e, incluso, que todo fue un montaje, una ficción. Es impresionante cómo el odio obnubila la racionalidad hasta negar lo evidente y creer lo imposible”, reclamó el mandatario.
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“Mi abrazo a las víctimas de aquel nefasto 30-S y mi gratitud eterna a mi heroica escolta, a los soldados que me rescataron y, sobre todo, a nuestro pueblo. ¡Hasta la victoria siempre!“, posteó.
La sublevación policial, cuyo foco fue el Regimiento Quito N.° 1, en la capital, se dio un día después de que la Asamblea Nacional aprobara la Ley Orgánica de Servicio Público (Losep), en la cual se eliminaron bonificaciones, reconocimientos y beneficios para policías y militares por ascensos y condecoraciones. Eso generó malestar en los uniformados.
Correa acudió a las instalaciones de ese destacamento. Logró subir al segundo piso del regimiento y llegó a una ventana que daba al patio, en donde estaba concentrada la mayoría de los sublevados.
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Desde allí, Correa intentaba dirigirse a ellos, pero no lo escuchaban. Y empezó a subir el tono de su discurso. En un momento, el mandatario perdió la calma. “Si quieren matar al presidente, aquí está. ¡Mátenlo, pues, si tienen valor!”, les gritó, abriéndose la camisa. Los policías le decían: “Deroga la ley, deroga la ley”. A la par, las protestas se replicaban en otras provincias del país.
El mandatario se trasladó al Hospital de la Policía, contiguo al Regimiento Quito. Ahí permaneció varias horas. Por la noche, miembros del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) y del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) de la Policía ingresaron al sitio para llevárselo, esto en medio de un operativo en el que murieron tres militares, un policía y un estudiante.
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Desde el Gobierno se afirmó que se había cometido un intento de golpe de Estado.
Los fallecidos en la revuelta fueron:
- El cabo segundo de la Policía Edwin Efrén Calderón Landeta
- El soldado Darwin Fabián Panchi Ortiz
- El cabo del Ejército Jacinto Cortez
- El agente de la Policía Froilán Jiménez
- El estudiante Juan Pablo Bolaños
(I)