Ecuador regresó a la democracia hace 46 años y en este lapso de tiempo la Función Legislativa pasó de tener 69 legisladores a 151, que estarán en funciones hasta el 2029. Este aumento representa un incremento de 90 asambleístas en menos de medio siglo.

Desde el Ejecutivo, el presidente Daniel Noboa propone reducir el número de asambleístas a 71. Este tema ya se consultó en el 2023, en el gobierno de Guillermo Lasso, pero se impuso el no en las urnas.

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Stalin Andino, secretario jurídico de la Presidencia, explicó, en una entrevista con La Posta, que la propuesta contempla que se elijan diez representantes a nivel nacional, uno por provincia y uno adicional por cada 400.000 habitantes, además de tres representantes para las circunscripciones en el exterior, según el último censo.

Andino precisó que con esta reducción se busca potenciar el trabajo de los asambleístas y mejorará la calidad del debate en el Legislativo. Además, subrayó que no afectará la representatividad territorial.

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Con base en esta propuesta, provincias como Pichincha reducirían su representación de 19 a 7 legisladores y Guayas pasaría de 24 a 11. El número de parlamentarios aumentó en este último periodo de 137 a 151.

En tanto, a la par de los cambios en su composición numérica, relacionados con temas demográficos, el Parlamento ecuatoriano también ha modificado su nombre tres veces, pasó de llamarse Cámara de Representantes a Congreso Nacional y actualmente Asamblea Nacional. En los últimos periodos legislativos se ha buscado garantizar también la inclusión de jóvenes y mujeres.

Composición del Legislativo ha cambiado con los años

El primer cambio trascendental de la Función Legislativa del Ecuador se produjo con el regreso a la democracia en 1979. En ese año, en el que se estableció la Cámara de Representantes, compuesta por 69 legisladores, el país tuvo el sistema bicameral hasta 1972 y luego entró en dictadura militar.

Con la Cámara de Representantes se buscó garantizar la presencia de al menos dos representantes por provincia, salvo aquellas con menos de 100.000 habitantes, que contaban con solo uno. Además, se asignaba un legislador adicional por cada 300.000 habitantes, según se menciona en el libro Resumen de historia del Ecuador, del historiador político Enrique Ayala Mora.

En 1983, la Cámara de Representantes cambió a Congreso Nacional, denominación que mantuvo hasta 2008 y bajo la cual el número de asambleístas fue aumentando paulatinamente en distintos momentos. Un año después, en 1984, con la reforma constitucional, los escaños aumentaron a 71.

Doce años después, en 1996, el Congreso Nacional llegó a 82 escaños, lo que representó un incremento del 18,80 % en comparación con 1979. La crisis política de finales de los 90 llevó a una reforma electoral entre 1997 y 2000 que elevó el número de legisladores a 121. En esta etapa se establecieron 101 legisladores provinciales y 20 nacionales.

Tal como se detalla en el libro Antología de la democracia ecuatoriana: 1979-2020, publicado por el Instituto de la Democracia, la distribución de los legisladores provinciales se determinó mediante una regla que asignaba dos diputados por cada provincia y uno adicional por cada 200.000 habitantes o fracción que superara los 133.000. Los legisladores nacionales, en cambio, representaban un quinto del número de provincias, resultando en un total de 20 escaños.

Sin embargo, el mismo libro explica que la Constitución de 1998 eliminó a los legisladores nacionales, consolidando únicamente la representación provincial. Esto se debió a un cambio en el diseño electoral que buscaba fortalecer la representación local y reducir la influencia de los partidos nacionales en un contexto de crisis institucionales y fragmentación política.

Posteriormente, en las elecciones de 2002 y 2006, el Congreso Nacional se redujo a 100 legisladores, suprimiendo la representación nacional y manteniendo únicamente los escaños provinciales.

Uno de los cambios más trascendentales ocurrió con la aprobación de la Constitución de 2008, cuando el órgano legislativo pasó a llamarse Asamblea Nacional, título que mantiene hasta la actualidad.

Junto con este cambio de nombre, el número de legisladores se incrementó a 137, estableciendo un nuevo criterio de asignación de escaños basado en la representación territorial y poblacional. Se reintrodujeron los asambleístas nacionales con quince escaños y se sumaron seis representantes del exterior. Este cambio tuvo el propósito de garantizar una mayor representatividad en el Legislativo, alineando la distribución de curules con la densidad poblacional de cada provincia.

Para el periodo del 2025, la Asamblea Nacional volvió a aumentar el número de legisladores con un total de 151 escaños. Este incremento responde a los datos poblacionales del censo del 2022, que reflejan un crecimiento de habitantes en nueve provincias, lo que llevó a una redistribución de escaños para asegurar una representación más proporcional.

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