En parques, en plena carretera, dentro de un edificio, a la salida de un mitin, estacionado fuera de una casa o incluso dentro de un auto. A cualquier hora, del día, en la tarde o de noche. De los nueve crímenes políticos que se han registrado en el país desde enero de 2023 hasta marzo de 2024, al menos siete ocurrieron en un lugar público y en seis de ellos los asesinos se movilizaban en motocicletas, en ocasiones, dos o más motos.

En los últimos 15 meses en Ecuador fueron asesinados cuatro candidatos, cuatro funcionarios electos y un dirigente político local. Entre las autoridades elegidas figuran Agustín Intriago, alcalde de Manta; Brigitte García, alcaldesa de San Vicente; el concejal de Durán, Bolívar Vera; y el concejal de Esmeraldas, Jairo Olaya.

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Mientras que entre los candidatos están el postulante a la Presidencia por el Movimiento Construye, Fernando Villavicencio; el candidato a Asambleísta por la Alianza Actuemos, Rider Sánchez; el aspirante a alcalde de Puerto López por el movimiento Revolución Ciudadana, Héctor Menéndez; y el postulante a la alcaldía de Salinas, Julio César Farachio, por la alianza de las listas 2-3-35. También fue asesinado el dirigente de la Revolución Ciudadana en la parroquia San Mateo, Pedro Briones.

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Todos murieron víctimas de disparos a quemarropa, y algunos crímenes contaron con la participación de ciudadanos extranjeros, entre ellos un venezolano involucrado en el asesinato del alcalde de Manta, Agustín Intriago; y colombianos en el sicariato del candidato presidencial, Fernando Villavicencio.

Los asesinatos de los políticos no solo cobraron sus vidas, también se registraron víctimas colaterales, entre ellos simpatizantes, incluso menores de edad que se encontraban en los lugares de los crímenes y que resultaron heridos o fallecieron, como ocurrió en la muerte del candidato a alcalde de Puerto López, Héctor Menéndez, en que tres personas recibieron impactos de bala y un menor de edad falleció.

En el crimen de Agustín Intriago también fallecieron con una bala en el pecho la deportista Ariana Chancay, de 29 años, y una simpatizante, Belinda Barrera, quedó herida. Así mismo, en el asesinato de Fernando Villavicencio, en los exteriores de un coliseo en Quito, también hubo heridos.

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En todos los crímenes la Fiscalía ha iniciado investigaciones de oficio. En los registros de esta entidad no constan denuncias que hayan sido interpuestas por familiares de los políticos asesinados, tampoco de las víctimas colaterales.

Y de los nueve asesinatos, solo dos han llegado a sentencias en los juzgados del país. Sin embargo, solo en un caso, el del asesinato del alcalde de Manta, Agustín Intriago, se condenó a los responsables. La otra sentencia, por la muerte de Julio Farachio, se dio para declarar como inocente al único procesado.

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Otros dos casos, el de Fernando Villavicencio y de Rider Sánchez, se encuentran a la espera de audiencia de juzgamiento previo a dictar sentencia. Las cinco muertes restantes no han llegado a la fase de juicio, sino que se encuentran en indagación previa. Ahí están los crímenes de Bolívar Vera, Héctor Menéndez, Jairo Olaya, Pedro Briones y el último asesinato registrado en el país, el de la joven alcaldesa de San Vicente (Manabí), Brigitte García, quien murió víctima de disparos que se hicieron dentro del vehículo que compartía con su director de Comunicación. (I)