El presidente Guillermo Lasso presentó a inicios de esta semana su iniciativa de referéndum que abarca ocho preguntas con reformas constitucionales en temas de seguridad, medioambiente e institucionalidad, la que esperan someter a consideración de la ciudadanía.

La propuesta llega en momentos en que el mandatario cuenta con la aceptación más baja desde que inició su gestión en 2021. Según últimas encuestas, el 82 % de la población desaprueba la gestión de Lasso, lo que podría tener un impacto directo en el resultado de la eventual consulta ciudadana, según explica el analista Gonzalo Albán, coordinador del Centro de Estudios Sociopolíticos de la Universidad Ecotec.

“Por supuesto que esto va a incidir en el resultado de la consulta y es lamentable que se anticipe y no se espere a un momento en el que la gestión del presidente pueda percibirse con mayor aprobación, porque estaría restando la oportunidad de que preguntas muy buenas, o que pueden traer resultados positivos, se vean comprometidas y reciban un No como respuesta”, indica.

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Albán explica que este No, que podrían recibir las preguntas en las urnas, estaría atado al rechazo general a todo lo que sea propuesto por Lasso.

Cristian Carpio, analista y docente de la carrera de Ciencias Políticas de la Universidad de las Américas, difiere en que la popularidad del presidente pueda ser determinante para el resultado de las preguntas, las que considera están teniendo un impacto positivo y aceptación entre la ciudadanía.

“Es muy probable que la pregunta de seguridad, la de reducir el número de asambleístas, la de eliminar las facultades de designación del Consejo de Participación sean muy bien aceptadas”, explica y dice que esta consulta puede terminar dándole al Gobierno algo de oxígeno, pese a que las preguntas no conduzcan a cambios trascendentales ni estructurales.

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Además dice que con la presentación de estas preguntas el Gobierno está buscando demostrar que sí está haciendo algo y que no tiene mucho más allá que perder.

“Es una cortina de humo, el Gobierno quiere desviar los problemas que tiene el país y mandar preguntas que suenan agradables para muchos sectores”, subraya y agrega que en la pregunta sobre la extradición, hay que prestar mucha atención a que no desencadene más violencia para evitar que se apruebe la eventual reforma cuando se trate en la Asamblea Nacional, como ocurrió en Colombia.

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No obstante, la relación directa entre los resultados electorales de una consulta popular y la aceptación de un mandatario ya se han podido ver en el país en otras ocasiones.

El analista político Juan Velasco manifestó en una entrevista con este Diario que muestra de esto fue la aprobación de la Constitución de 2008 en el gobierno de Rafael Correa, que ocurrió cuando él gozaba de mucha popularidad.

“Hacer propuestas de consulta popular con un bajo apoyo es casi que llevar a que la gente opine mal sobre la gestión, lo que se reflejaría en un voto contrario a las propuestas”, indicó Velasco y agregó que un resultado negativo para Lasso solo terminaría debilitando más su gobierno.

Para Albán, otro punto por considerar que puede afectar al resultado del referéndum es que se lo piense realizar en la misma fecha que las elecciones seccionales del 5 de febrero de 2023.

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Menciona que el usar los mismos comicios hará que se incremente el número de papeletas que va a recibir el elector lo que puede terminar en tener un votante abombado de propuestas y que no sea consciente para decidir en cada una de las preguntas y papeletas.

Sin embargo, Carpio menciona que el Gobierno va a las elecciones seccionales sin fuerza y que es probable que un buen desempeño en el referéndum le ayude a que los candidatos del oficialismo tengan un mejor desempeño.

Albán cree que al coincidir en fechas las fuerzas políticas tomarían alguna postura durante la campaña electoral, tal y como ocurrió en el referéndum de 1995 durante la presidencia de Sixto Durán-Ballén.

En esa ocasión ninguna de las once preguntas fue aprobada y un 60 % de la ciudadanía se pronunció por el No, lo que reflejó el descontento que tenía la gente con la administración en ese momento ya que un año antes, en 1994, Durán-Ballén convocó a otro referéndum de siete preguntas y todas fueron aprobadas.

Por su parte, la propuesta del gobierno de Lasso ya fue presentada oficialmente a la Corte Constitucional por el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, y esta tiene un plazo de hasta 20 días para pronunciarse respecto a la vía que deben seguir las propuestas de enmiendas a la Carta Magna, según lo establece la Ley de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional. (I)