Luego de los dos diferimientos a la audiencia de apelación solicitada por el exvicepresidente Jorge Glas ante la negativa de primera instancia al habeas corpus que Nicole Malavé pidió para él, el 17 de agosto próximo aparece como el nuevo señalamiento para continuar conociendo el recurso en la Corte Provincial de Justicia de Pichincha.

El 25 de julio pasado, una vez se confirmó que dio positivo para COVID-19 el juez provincial Santiago Galarza, parte del Tribunal de Pichincha que conoce la apelación solicitada por Glas y la correísta Malavé, el segundo señalamiento no se concretó al no tener una sala debidamente integrada.

Galarza, junto con los también jueces de la Corte Provincial de Pichincha Eduardo Andrade y Raúl Mariño, fueron quienes instalaron en esta causa la audiencia de apelación el pasado 13 de julio; por lo tanto, era esa misma sala la que debía continuar en conocimiento del recurso de apelación.

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Fue el 13 de julio último cuando esta audiencia de apelación, pese a que se instaló, se suspendió por primera vez. El hecho se dio porque Jorge Glas, quien permanece en la Cárcel 4, en Quito, desde finales de mayo pasado, se desconectó de la vía telemática por medio de la cual asistió a la diligencia.

El hombre fuerte de los sectores estratégicos del gobierno de Rafael Correa alegó que no estaba recibiendo sus medicamentos oportunamente, que las medicinas psiquiátricas eran difíciles de comprar sin receta y que, ante esa falta, tenía una crisis de dolor y ansiedad, por lo que estaba incapacitado física y mentalmente para asistir a la apelación. Malavé también indicó en el inicio de esa diligencia que tenía problemas de salud.

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El Tribunal, en esa oportunidad, dio paso al diferimiento de la audiencia, pero no sin antes llamar la atención al líder del correísmo “por la actitud displicente que tuvo al haberse desconectado sin esperar la decisión de la sala”.

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Esta audiencia de apelación se desprende de la decisión tomada por la jueza Soledad Manosalvas. Ella resolvió, el 20 de junio último, negar el habeas corpus presentado por Malavé a favor de Glas, por lo que el exvicepresidente debía seguir en la Cárcel 4, en Quito, cumpliendo con las penas de los casos de asociación ilícita por Odebrecht (seis años) y de cohecho pasivo agravado en la causa Sobornos 2012-2016 (ocho años).

El habeas corpus pedido por Malavé a favor de Glas inicialmente fue aceptado, a inicios de abril pasado, por el entonces juez de Manglaralto (Santa Elena) Diego Moscoso. Esa decisión fue anulada el 20 de mayo último, de forma unánime, por un Tribunal de la Corte Provincial de Justicia de Santa Elena. Ahí se determinó la nulidad de todo lo actuado por Moscoso, y ordenaron que Glas dejara su presentación periódica y volviera a la cárcel a cumplir las penas impuestas por la Corte Nacional de Justicia (CNJ).

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En julio pasado, tras conocer un informe de la Dirección Provincial de la Judicatura de Santa Elena, el pleno del Consejo de la Judicatura destituyó a Moscoso por haber incurrido en una manifiesta negligencia.

Pese a que el habeas corpus solicitado por Malavé a favor de Glas no tiene una respuesta a la apelación, Glas vuelve a estar inmerso en una disyuntiva legal una vez que el juez constitucional de Portoviejo (Manabí) Banny Rubén Molina le otorgó un habeas corpus y ordenó la inmediata libertad del ex segundo mandatario. El nuevo habeas corpus a favor de Glas fue solicitado por Jonathan Roberto Aguinda Shiguango.

Édison Loaiza, abogado de Jorge Glas, sostuvo que se “adhirieron” al habeas corpus solicitado por Christian Eduardo Araujo, quien está en la Cárcel 4 cumpliendo una pena de trece años por asesinato, debido a que versa sobre los mismos hechos: todos mantenían problemas de salud y dijeron no haber recibido la atención médica adecuada en la Cárcel 4, que es donde se encuentran.

Con estos mismos argumentos, el juez Molina le otorgó un habeas corpus a Daniel Salcedo Bonilla, procesado que tiene una sentencia de primera instancia de trece años de cárcel por el delito de peculado, ocurrido en el contexto de la pandemia, y otra de tres años por el ingreso de artículos prohibidos a la cárcel. Él aún tiene pendiente que se resuelva un proceso penal por delincuencia organizada.

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Loaiza apuntó que este nuevo habeas corpus varía del que está en fase de apelación, pues la situación de salud de Jorge Glas se agravó. “Está con COVID-19; está en riesgo total e inminente su vida. A la pelea, los familiares y la defensa han hecho ingresar médicos particulares para que le controlen el tema del COVID. Acá han sido indolentes y no ha existido la atención médica, así sea general, y peor especial”, describió.

Glas permanece detenido desde octubre de 2017. Primero estuvo en la denominada Cárcel 4, en el norte de Quito; luego fue llevado al Centro de Privación de la Libertad de Latacunga, en Cotopaxi; salió de la cárcel por un mes y diez días debido al habeas corpus de Moscoso; fue regresado al Centro de Latacunga por horas en mayo pasado; y, finalmente, desde el 21 de mayo, Glas está en la Cárcel 4.

Además de las penas en los casos Odebrecht y Sobornos, Glas ha sido sentenciado en primera instancia a ocho años de cárcel por el delito de peculado como parte del denominado caso Singue, causa penal que está a la espera de que se defina una fecha para conocer la resolución a la que lleguen los jueces penales de la CNJ Luis Rivera, Daniella Camacho y Felipe Córdova, quienes están desde el 30 de julio pasado deliberando. (I)