Como un galán francés que insistía en seducir a Penélope Kitty, así era visto uno de los personajes más populares de los Looney Toons y Warner Bros tiempo atrás. Sin embargo, la historia se vuelca cuando Charles Blow, columnista de The New York Times, publica un artículo con respecto a aspectos racistas y sexistas impregnados y normalizados en la cultura pop.
En su texto Sin Seuss Books Bore a Bias menciona al personaje animado que vio la luz en 1945 y que por décadas permaneció en la televisión como un personaje que producía risas y buenos momentos para los niños de ese entonces.
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Por si no eran de la época, Pepe Le Pew era un zorrillo con acento francés, que solía perseguir a Penélope Kitty creyendo que ella era una zorrillo y él un galán irresistible. Cuando la tenía entre sus brazos, la besaba y abrazaba, pero ella solía golpearlo con lo que tuviera a mano para poder zafarse de él y escapar.
La publicación ha formado una controversia y revuelo en redes sociales, principalmente por parte de quienes crecieron con los dibujos animados mencionados, alegando que deberían “cancelar” otros productos culturales que fomentan la violencia, como sería la música de reguetón o el trap.
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Blow se ha defendido respondiendo a las alegaciones en contra de su texto por Twitter, enlistando las acciones que pondrían en duda algunas escenas del zorrillo de Looney Toons: “Besa a una chica extraña sin su consentimiento, ella lucha con todas sus fuerzas para alejarse de él, cierra una puerta para evitar que ella se escape”.
En la columna, Blow explica su perspectiva de vida a partir de su crecimiento y cómo los medios de comunicación influenciaban la forma en la que se percibía como una persona negra. Sostiene además la ausente —o mala— representación que la televisión, juguetes, libros y productos que consumía otorgaba a algunas etnias: “Speedy González, cuyos amigos ayudaron a popularizar el estereotipo corrosivo de los mexicanos borrachos y letárgicos; y Mammy Two Shoes, una criada negra y molestosa que hablaba con un acento pesado”.
Posteriormente a la controversia en Estados Unidos y a una lista de factores que incluye el abandono del director, Terence Nance, una de las escenas en las que el personaje aparecía junto a Greice Santo ha sido eliminada de la secuela de Space Jam.
En la escena, la costumbre de Pepe habría sido alterada, ya que la mujer a la que acosa, interpretada por Santo, habría reaccionado de manera muy diferente: dándole una brutal paliza y desvelando, además, que Penélope Kitty, la gata que suele huir de la mofeta en sus sketches, tiene una orden de alejamiento contra él.
“Ahora que la han cortado, no tendrá el poder para influir al mundo a través de la gente joven que va a ver Space Jam 2, haciendo que esos chicos y chicas vean que el comportamiento de Pepe es inaceptable”, explicó la actriz a medios estadounidenses. (I)