La pandemia de coronavirus ha afectado toda la región, pero Chile es el país que parece tener mejores proyecciones gracias a su oportuno acceso a las vacunas.

Eso ha llevado a que el presidente chileno, Sebastián Piñera, anuncie este martes que el inicio del año escolar arrancará el próximo 1 de marzo y que la vuelta física a las clases será voluntaria, aunque afirmó que “la educación virtual nunca reemplazará a la presencial”.

“Serán los padres y apoderados, no el Gobierno ni tampoco el Colegio de Profesores, los que tendrán que tomar libremente la decisión de enviar a sus hijos a las escuelas”, dijo el mandatario conservador.

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Piñera aseguró que la apertura de escuelas es “segura” y defendió que la educación presencial “es fundamental no sólo para la calidad académica (...), sino que también para la salud mental y emocional de los niños, para su calidad de vida, para su desarrollo integral”.

Con casi 800.000 infectados y más de 19.600 decesos totales desde el inicio de la pandemia el pasado marzo, Chile vivió el primer pico de contagios en julio, cuando el sistema sanitario estuvo a punto de colapsar, y ahora parece estar superando una segunda ola.

Tras semanas con alrededor de los 4.000 contagios diarios, el país registró este martes 2.547 nuevos casos, al tiempo que una veintena de localidades del sur abandonaron la cuarentena total a la que estaban sometidas desde hace más de un mes.

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Chile, que lleva casi un año con las escuelas cerradas, es además líder indiscutible de la vacunación en Latinoamérica y más de 2,1 millones de personas han recibido ya al menos una dosis, entre ellos decenas de profesores.

El Colegio de Profesores, sin embargo, rechaza volver a las clases el 1 de marzo porque, en su opinión, “no están las condiciones” para ello, ya que muchas escuelas no tienen definidos aún los protocolos sanitarios.

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El ministro de Economía, Lucas Palacios, se vio envuelto este martes en una polémica al acusar en una televisión local al gremio de profesores de “buscar argumentos para no trabajar”, unas declaraciones que matizó más tarde y por las que pidió disculpas.

“Vamos a continuar conversando con todos los actores relevantes del proceso educacional (...) para lograr responder y recibir sus inquietudes, aclarar sus dudas y lograr avanzar con el mayor acuerdo posible”, concluyó Piñera. (I)