Bolivia vive esta semana protestas y paros como acción en contra de una nueva ley: la de Estrategia Nacional de Lucha contra la Legitimación de Ganancias Ilícitas y el Financiamiento al Terrorismo fue convocada por el Comité Nacional de Defensa de la Democracia (Conade), llamada “ley madre”.

El punto de mayores protestas es Santa Cruz, pero se han realizado también en varias ciudades del país, incluyendo la capital, La Paz, y Potosí, donde una persona falleció en enfrentamientos entre manifestantes y personas que apoyan al Gobierno.

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En tanto, el presidente de Bolivia, Luis Arce, aseguró que las protestas de sectores cívicos y de la oposición contra la ley son en realidad un “pretexto” para eludir los juicios instalados por la crisis de 2019, que dice fue un “golpe de Estado”.

Por ello, expresó que es necesario defender lo que llama un “proceso de cambio” en los nueve departamentos del país.

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Bolivia se mantiene enfrascada en una polémica entre el oficialismo, que asegura que Evo Morales fue derrocado en 2019 por un golpe de Estado, y sus detractores, que sostienen que la crisis fue consecuencia de las denuncias de fraude a favor del exmandatario en los fallidos comicios generales de 2019, luego anulados.

El mandatario advirtió que en caso de anular la ley, como exigen las movilizaciones que llevan ya tres jornadas de paro indefinido, los opositores “van a buscar” otra ley para observar y “todo van a cuestionar”.

El gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, y su padre, José Luis Camacho Parada, son los principales denunciados sobre los que la Fiscalía no ha tomado acciones, a diferencia de la expresidenta interina Jeanine Áñez, dos de sus exminsitros y exjefes militares y policiales, que están detenidos y son procesados.

De acuerdo con el diario boliviano Página Siete, el Gobierno dice que está abierto al diálogo, y que Camacho y principalmente Rómulo Calvo, líder cívico cruceño que también lidera las protestas, es un “sedicioso”. Este a su vez calificó de “lambiscones” y “chupamedias” a los generales que fueron ascendidos el miércoles luego de que Arce relevara del cargo a cinco comandantes departamentales de la Policía. (I)