Tras varios días de protestas y enfrentamiento con la Policía, este miércoles en Bolivia se reportó la primera víctima fatal en medio de un paro realizado en algunas ciudades en contra de una decisión del presidente Luis Arce, quien esta semana cumplió su primer año en el poder.

Sectores como transportistas, comerciantes informales y organizaciones ciudadanas cumplen el paro de forma parcial contra la Ley de Estrategia Nacional de Lucha contra la Legitimación de Ganancias Ilícitas y el Financiamiento al Terrorismo, también conocida como “ley madre”.

“Originalmente (la protesta) va en contra de la aprobación de la ley... y a pesar de que el Gobierno ha dicho que no va a afectar a los gremiales (comerciantes informales que distribuyen mercadería legal e ilegalmente), la desconfianza y la polarización es tal que no se confía en la palabra del Gobierno y se cree que puede ser una forma de investigar a las personas, de perseguirlas, acosarlas judicialmente, lo cual se ha hecho bastante frecuente. Entonces esa desconfianza ha generado un rechazo”, comenta la periodista boliviana Isabel Mercado.

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Ella añade que sectores de transporte, salud y de la economía informal piden que se suspenda esa ley.

Los gremiales y los comités cívicos son los principales impulsores de las protestas que hasta el miércoles llevaba tres días, siendo Santacruz el sitio de mayor importancia de estas, donde sí hay una paralización de actividades. Pero en todo el país ha habido movilizaciones y bloqueos.

En los enfrentamientos de los manifestantes y la Policía se han visto episodios de violencia, siendo el más grave uno ocurrido en Potosí, donde murió una persona.

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“Hay muchos detenidos y personas lastimadas y un sentimiento de inestabilidad y zozobra porque la polarización se está exacerbando por el Gobierno y las fuerzas movilizadas que no quieren ceder” apunta Mercado.

Incluso el presidente Arce suspendió su participación este miércoles en los actos oficiales por los 211 años de la gesta libertaria de Potosí, por lo ocurrido.

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El vocero presidencial, Jorge Richter, informó que el presidente “ha desistido de asistir a la efeméride de Potosí” por los “hechos de violencia” que se produjeron entre cívicos contrarios al Gobierno y campesinos afines al oficialismo en medio del paro indefinido.

Además de Potosí y Santa Cruz, también se han presentado enfrentamientos en Cochabamba, Tarija y Sucre, entre los sectores manifestantes, policías y campesinos afines al Movimiento al Socialismo (MAS) que han intentado levantar los bloqueos por la fuerza.

El ministro de Obras Públicas, Édgar Montaño, calificó de “fracaso” la huelga y consideró que sus impulsores buscan “desestabilizar a un Gobierno electo legítimamente”, según EFE.

Montaño acusó al gobernador cruceño, el opositor Luis Fernando Camacho, y al líder cívico de esa región, Rómulo Calvo, de buscar que haya “muertes” y “confrontación”.

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También anunció que la estatal Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) retirará los escombros y promontorios de tierra colocados para interrumpir el paso en algunas rutas.

Opositores criticaron que solamente hubiera detenciones de personas que protestan contra la ley y no así de los grupos oficialistas que intentan romper la huelga con violencia.

“Deploramos las agresiones de la policía y los grupos irregulares protegidos y azuzados por el Gobierno contra las protestas ciudadanas en Potosí, Oruro, Tarija y Santa Cruz. Exigimos el cese de la violencia masista y la liberación inmediata de los detenidos ilegal y abusivamente”, escribió en Twitter el expresidente Carlos Mesa.

La fuerza opositora Creemos, liderada por Camacho, emitió un comunicado para lamentar que el Gobierno limite los derechos a la libertad de expresión y a la protesta con el argumento de que las manifestaciones son “una amenaza a la estabilidad gubernamental”.

También cuestionó la “discrecionalidad y politización” de las acciones policiales a favor del gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS), dando incluso protección a los grupos oficialistas que “realizaron ataques vandálicos con un discurso agresivo para manifestar su desacuerdo con el paro nacional”.

En Twitter, el expresidente Jorge Quiroga recordó que los militantes del MAS solían realizar sendos bloqueos de carreteras antes de llegar al poder y aseveró que “ahora desbloquean salvajemente, usando policías y dirigentes para agredir ciudadanos, atacar periodistas y enfrentarnos entre bolivianos”.

En tanto, el analista boliviano Diego Ayo, dijo a este Diario que el escenario de revuelta social que ocurre en su país es parte de un ciclo de cuatro tiempos.

“Un círculo normal en el que lo programático pasamos a lo clientelar, a la planificación de la violencia y luego a su aplicación. Creo que estamos en este cuarto momento”, afirma Ayo, quien agrega que el actual Gobierno es bastante precario y tiene poca plata, además de tener que sacar adelante la reactivación económica del país.

Para él, Bolivia ya está en una etapa coercitiva, con pequeñas fuerzas policiales que dispersan y golpean, como ocurre en Cuba o en Venezuela, con mejores adiestramientos de espionaje de las fuerzas sociales. (I)