Barbados se convirtió oficialmente en una república el lunes por la noche en una ceremonia en la que la reina Isabel II dejó de ser la jefa de Estado de la isla.
Independiente del Reino Unido desde 1966, Barbados _cuya capital es Bridgetown_ celebró su transición de monarquía a república después de unos cuatro siglos de sumisión a la monarquía británica. Pese a todo, la monarca envió sus saludos y felicitaciones a la nueva república por su nuevo estatus.
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La isla caribeña conocida por sus playas paradisíacas, su ron y por ser la cuna de la superestrella mundial Rihanna, tiene como jefa de Estado a una mujer, Sandra Mason, hasta ahora gobernadora general del país, tras su elección el 21 de octubre.
Barbados, con una superficie de 430 Km2, que lo coloca entre los países más pequeños del mundo, tiene su moneda propia, el dólar barbadense (equivalente a 0,49 dólares, al cambio actual), y sigue siendo miembro de la Mancomunidad de Naciones o Commonwealth, como señaló el primer ministro británico, Boris Johnson, en un comunicado.
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“Seguiremos siendo amigos y aliados incondicionales, aprovechando las afinidades y conexiones duraderas entre nuestros pueblos y el vínculo especial del Commonwealth”, escribió Johnson.
Isabel II también manifestó su “gran satisfacción” de que Barbados siga siendo un participante activo dentro del Commonwealth.
Barbados es la economía número 159 por volumen del producto interno bruto (PIB). Su deuda pública en 2020 fue de 6.594 millones de dólares, con una deuda del 156,76% del PIB está entre los países con más deuda respecto al PIB del mundo. Su deuda per cápita es de 22.950 dólares por habitante.
Esta isla tiene cerca de 287.000 habitantes y una alta densidad de población, con 668 habitantes por Km2.
Eminentemente turística, antes de que surgiera la pandemia del coronavirus, más de un millón de personas la visitaban cada año. Hoy el ínfimo número de visitantes tiene en serias dificultades a su economía.
El desempleo es de casi el 16%, 9 puntos porcentuales más que en años anteriores, a pesar del aumento de los préstamos gubernamentales para financiar las obras del sector público y crear puestos de trabajo. (I)