Apenas dos días después de que una niña iniciara, con su madre, unas vacaciones en Santa Marta, Colombia, comenzó a presentar dolor de oído, fiebre y luego vómitos. En una casa de salud la trataron como un cuadro de otitis.
La nena, aunque cueste creerlo, murió en menos de un mes. El diagnóstico causa pavor: contrajo un parásito come cerebro. Los hechos comenzaron en junio de este 2023.
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La infante y su progenitora, Tatiana González, volvieron a su casa en Bucaramanga, donde –según informaron a Semana- aunque el dolor de oído no cedía totalmente, comenzó a notar una disminución en la intensidad.
Con la entrada del mes de julio, todo empeoró. El 4 de julio, reseñó Semana, Stefanía no quería levantarse de la cama, le molestaba la luz y pidió ayuda para ir a ducharse. En el baño, se desmayó.
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Qué pasó con la niña
Stefanía “contrajo un peligroso parásito que se esconde en piscinas, jacuzzis y hasta en los lagos”. Pese a los esfuerzos médicos, a finales de julio la niña falleció. Le habían declarado muerte cerebral.
Sorprendidos por el desenlace en la familia fue informada de la causa del deceso sorpresivo, una meningitis. De acuerdo con Semana, “el caso fue tan extraño que intervino el Instituto Nacional de Salud intervino en el diagnóstico”.
Con los resultados de la necropsia, en la mano, los especialistas establecieron " que la niña murió por una encefalitis”.
Qué parásito es, cómo se contrae
William Contreras, neurocientífico, señaló a Semana, que “se trata de un protozoo ameboflagelado, perteneciente al filo Percolozoa”. Entra al cuerpo por la nariz.
La madre narró que, “durante su estancia en Santa Marta, la pequeña se sumergió en la piscina de un hotel. Durante la inmersión, la niña habría contraído el parásito por la nariz y, posteriormente, desencadenó los síntomas”.
De acuerdo con Contreras, “la transmisión se produce a través de la cavidad nasal, mediante la inhalación de polvo o aspiración de agua o aerosoles contaminados con trofozoítos o quistes, los cuales atraviesan la mucosa nasal y por el nervio olfativo se desplazan hasta el cerebro.
Una vez en el cerebro, destruye los eritrocitos (células de sangre) y las células nerviosas”.
Los síntomas –describió- “comienzan con fiebre leve y malestar general y algunas veces rinitis; ocurre, principalmente, en individuos sanos”.
Duro golpe
Stefanía tenía solo 10 años. La abuela no ha podido recuperarse de este duro golpe. Álvaro Villamizar, su abuelo, la extraña a diario. También dice que la siente cerca. La recordará por su alegría y generosidad.
Contó a Semana, con orgullo, que su nieta fue tenista, patinadora, bailarina de ballet... soñaba con ser gimnasta.
Don Álvaro espera que, a raíz de la muerte de “Nía”, como la llamaba, se tomen muestras de los espejos de agua y todas las medidas sanitarias para frenar esta ameba y no cause más dolor a otras familias.
La publicación colombiana cita al Instituto Nacional de Salud que consideró que “las características morfológicas corresponden a meningoencefalitis amebiana, que por el patrón de lesión leptomeníngeo favorece origen ambiental género Naegleria”.
Hoy, buscando un poco de resignación, la familia de Stefanía, en especial el abuelo, piensa que ganaron “un angelito en el cielo”.
En junio, pero en Estados Unidos, un adolescente, oriundo de Colombia, contrajo una bacteria - estreptococo tipo A- y perdió sus piernas y sus manos. En vacaciones, junto a su hermano menor, el joven, de 14 años, había estado en una playa y en un lago.
(I)
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