No ha pasado una semana desde la posesión de Lai Ching-te como presidente de Taiwán o República de China, como ellos piden llamar a la isla localizada frente a la China continental, y ya enfrenta la presión de China.

El Ejército chino continúa este viernes sus maniobras militares en torno a Taiwán con la movilización de 42 aviones y 31 barcos de guerra, en una muestra de presión contra el nuevo presidente taiwanés, Willian Lai, y una señal de advertencia ante posibles “injerencias” de otros países.

Son dos días de ejercicios militares “alrededor de la isla de Taiwán” como “fuerte castigo” por “los actos separatistas” en este territorio tras la investidura de un nuevo presidente detestado por Pekín.

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La separación de China y Taiwán se materializó en 1945, cuando unos dos millones de chinos pertenecientes al Partido Nacionalista o Kuomintang se refugiaron en ella huyendo del comunismo. Desde el jueves al menos 28 aviones cruzaron la línea divisoria del Estrecho de Taiwán, una frontera no oficial que había sido respetada por Pekín y Taipéi durante décadas, o penetraron en la autoproclamada Zona de Identificación Aérea (ADIZ) taiwanesa, la cifra más elevada en lo que va de año.

Mapa de Taiwán con las zonas identificadas por los medios de China continental como parte de los ejercicios militares en torno a la isla. (Photo by Nicholas SHEARMAN / AFP) Foto: AFP

De su lado, el Ministerio de Defensa de Taiwán dijo que había detectado 49 aviones chinos en el marco de las maniobras de Pekín, “de los cuales 35 cruzaron la línea media”, en referencia a la línea que divide la estrecho de Taiwán, situado entre la isla y China continental.

Un académico de China continental dice que el principal desafío de Pekín es “limitar la simpatía internacional” hacia Taiwán y garantizar que no se produzca un “cambio de status quo”.

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El presidente de Taiwán, Lai Ching-te (c), posa junto a miembros del cuerpo de marines durante una visita para inspeccionar las tropas militares en Taoyuan el 23 de mayo de 2024. Lai Ching-te dijo que "estará en primera línea" para defender Taiwán mientras China realizaba ejercicios de guerra alrededor de la isla autónoma días después de que asumiera el cargo. Foto: AFP

Considerado por las autoridades comunistas como un “peligroso separatista”, Lai Ching-te asumió el lunes como presidente con un discurso en el que celebró la democracia de Taiwán e instó a China a “cesar su intimidación política y militar”.

China, que reivindica su soberanía sobre esta isla gobernada separadamente desde 1949 y que nunca ha descartado el uso de la fuerza para tomar su control, denunció sus palabras como una “confesión de independencia”.

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Las maniobras empezaron el jueves temprano con el despliegue de aeronaves y barcos militares “alrededor de la isla de Taiwán”, anunció el Ejército Popular de Liberación de China.

Estas maniobras son una “advertencia seria” dirigida a los “independentistas” de la isla, que acabarán “ensangrentados”, señaló un portavoz de la diplomacia china, Wang Wenbin.

El presidente de Taiwán, Lai Ching-te (c), observa una manifestación sobre el sistema de defensa aérea Stinger, fabricado en Estados Unidos, durante una visita para inspeccionar las tropas militares en Taoyuan el 23 de mayo de 2024. Foto: AFP

Las autoridades taiwanesas respondieron de inmediato y movilizaron sus fuerzas marítimas, aéreas y terrestres.

“Continuaremos defendiendo los valores de la libertad y la democracia”, aseguró el presidente Lai.

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En coordinación con el ejército, la Guardia Costera de Taiwán desplegó su flota para “monitorizar los movimientos en las aguas marítimas circundantes” y defender “la soberanía y la seguridad del país con una actitud firme”.

Estrangular economía de Taiwán

El profesor de la Universidad Nacional de Defensa de Pekín, Zhang Chi, comentó en la televisión estatal CCTV que los ejercicios buscan “imponer un bloqueo económico a la isla”, “estrangulando” el puerto de Kaohsiung, que reviste un interés estratégico para Taiwán.

Con ese bloqueo se pueden cortar “las importaciones de energía vitales para Taiwán” y “bloquear el apoyo que algunos aliados de Estados Unidos aportan a las fuerzas ‘independentistas de Taiwán’”, según el académico.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió a todas las partes “que se abstengan de cualquier acción que lleve a una escalada de las tensiones en la región”, según indicó este jueves su portavoz, Stephane Dujarric.

Estados Unidos pidió “firmemente a Pekín que actúe con contención”, declaró un alto funcionario estadounidense.

Los ejercicios militares desplegados por China “son temerarios, elevan los riesgos de una escalada y atentan contra normas que han mantenido la paz y la estabilidad regionales durante décadas”, añadió.

Una ilustración fotográfica muestra la entrega de periódicos en la maleta lateral de una motocicleta con una fotografía de portada de la expresidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, durante la toma de posesión del presidente de Taiwán, Lai Ching-te, el 20 de mayo, en Taipei. Foto: AFP

Las relaciones entre Pekín y Taipéi se deterioraron notablemente desde el ascenso al poder de la presidenta taiwanesa Tsai Ing-wen en 2016 que, como su sucesor Lai, es una firme defensora del modelo democrático de la isla.

Pekín incrementó la presión militar, diplomática y económica sobre esta isla de 23 millones de habitantes que, aunque apenas goza de reconocimiento internacional, cuenta con un gobierno, un ejército y una moneda propia.

Los acontecimientos en esta zona pueden tener importantes consecuencias económicas, puesto que un 70% de la producción de semiconductores en el mundo procede de Taiwán y más del 50% de los contenedores de mercancías cruzan el estrecho que separa esta isla de China continental. (I)