Guayaquil celebra 490 años de su proceso fundacional este 25 de julio, conmemorando una historia de desarrollo, sufrimiento, resiliencia, alegría y cultura.

Durante los casi cinco siglos de historia del Puerto Principal y gracias al choque cultural entre los colonizadores españoles, indígenas y demás extranjeros ha nacido un auténtico diccionario de expresiones guayacas.

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El desarrollo de modismos ultralocales (variando incluso entre distintos sectores de la ciudad) es una característica de las sociedades que surgieron luego de las colonias. Por eso por lo que el español ha surgido como uno de los idiomas más diversos del mundo: cada país conquistado por los españoles tomó el idioma y lo hizo suyo, a su manera.

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Los guayacos, entonces, no comen, no trabajan y tampoco consiguen pareja, pero no porque estén a dieta, sean vagos o estén traumados con sus ex: ellos jamean, camellan y se amarran.

Tampoco toman cerveza y sufren las consecuencias al día siguiente: se pegan sus bielas y maldicen al chuchaqui.

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25 frases y modismos de los guayaquileños

—y sus significados—

1. Arrecho nunca muere, y si muere, muere arrecho.

Un lema común del guayaco, que vive y muere de forma aguerrida.

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2. ¿Qué tiro?

¿Qué pasa? ¿Qué sucede?

3. ¡Mi pana/llave!

Usado para referirse a amigos.

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4. Ando chiro.

Un guayaco chiro no tiene dinero. Actualmente, la mayoría de la población entra en esta descripción.

5. Me pusieron los cachos.

Un cachudo es alguien que fue engañado por su pareja.

6. ¡Qué lámpara!

Utilizado para denotar que algo es sorprendente, foco, tan evidente como una lámpara encendida en un mar de oscuridad.

7. Estoy chuchaqui.

Frase que usan los guayacos para quejarse de las consecuencias de sus acciones de la noche anterior (excederse con el alcohol y sufrir por la resaca).

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8. Me amarré.

Cuando un guayaco entra en un compromiso de noviazgo con otra persona.

9. Peguémonos unas bielas.

Ir a tomar cerveza con los panas.

10. Ya voy para caleta.

Frase utilizada por el guayaco para decir que ya está dirigiéndose a su casa.

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11. ¿Cómo es la movida?

¿Qué está sucediendo? ¿Cuál es el plan?

12. ¡Tengo una leona..!

Cuando se tiene mucha hambre.

13. ¡Habla, mandarina!

Un mandarina es un guayaco dominado por su pareja. Es calificado así por sus amigos, y es una etiqueta que difícilmente se borra.

14. ¿Y la yapa, madrina?

La yapa es comida extra que te da la madrina, término para las señoras que sirven gastronomía callejera.

15. Me la saco.

Me voy, me retiro.

16. Simón.

El guayaco es descomplicado, excepto para hablar. Donde bastaría un , prefiere decir simón.

17. Aguántame un chance.

Espérame un momento.

18. Eres pelucón/aniñado.

Pelucón es un término para referirse a las élites del país, quienes habitan en los barrios acomodados de Guayaquil y sus afueras. Su uso fue popularizado por el expresidente Rafael Correa en 2007.

19. Me hice el loco.

Se refiere a la costumbre guayaca de fingir no saber algo o pretender ignorar cierto tema para evitarse problemas.

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20. Ando caído.

Frase que usa el guayaco maltratado por la vida, ya sea físicamente, psicológicamente, financieramente o las tres.

21. Está chato.

Cuando algo está bien, es satisfactorio, bacán.

22. Ponte once/pilas.

Presta atención, avíspate.

23. Me salió un cachuelo.

El guayaco sobrevive de cualquier forma en la informalidad, es decir, de trabajos pequeños, no permanentes: un cachuelo.

24. Ese man es pintero.

Se refiere a alguien atractivo físicamente.

25. Salí encachinado.

Cuando el guayaco sale bien vestido para una ocasión especial. (I)