La grave crisis energética que enfrenta Ecuador con cortes de luz de hasta nueve horas diarias es solo comparada con la situación de Cuba y Corea del Norte, dice Fernando Santos Alvite, quien fue ministro de Energía en el gobierno del empresario y banquero Guillermo Lasso (2021-2023).

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Ambos países tienen una economía planificada con tintes comunistas. Santos, quien podría enfrentar un juicio político en la Asamblea por incumplimiento de funciones debido a los racionamientos ocurridos entre octubre y diciembre de 2023, dice que el problema se centra en el monopolio estatal que impide la apertura de la inversión privada en un sector estratégico como el de la generación de electricidad.

Y que parte de la crisis se deriva del periodo correísta (2007-2017), sin embargo, los capitales privados tampoco fluyeron en el sector energético durante el mandato de Lasso del que Santos fue parte.

¿Qué nos ha llevado a la peor crisis energética de las últimas décadas?

Es una crisis estructural, el problema es que el suministro de energía ha sido un monopolio estatal y ya se agotó, ya llegó a su fin, el Estado ya no tiene plata. Antes, el Estado tenía dinero para construir centrales hidroeléctricas y térmicas, hoy no tiene un centavo. Ni para mantenerlas, pero sigue aferrado a las leyes para impedir la inversión privada. Esta nueva ley que se aprobó de no más apagones, más bien profundiza el estatismo y no incentiva la inversión del sector privado.

Es la misma situación que encontró el general (Augusto) Pinochet en Chile (que gobernó en una dictadura entre 1973 y 1990) cuando tomó el poder en los años 70, igualito, había colapsado el sistema eléctrico estatal. ¿Qué hizo? Dio un giro de 180 grados, dijo que en adelante el sector eléctrico lo maneja, poco a poco, el sector privado. Hoy Chile es exportador de energía.

En Ecuador ¿cuál cree que sería la solución?

La solución a largo plazo es abrirse al sector privado, pero inmediatamente porque esto toma tiempo.

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¿Y en el corto plazo?

Hay que contratar energía adicional, barcazas o motores en tierra. Hay que sacar una licitación rápidamente, pero esto toma tres o cuatro meses, así es que en el corto plazo yo veo que si no llueve, vamos a seguir en problemas.

Usted dijo que era la crisis energética más grave de los últimos 50 años con estos racionamientos de 9 o 10 horas al día.

Nunca, solo se ve en Cuba, en Corea del Norte, solo en esos países, acá nunca se ha visto una cosa así, pero hay soluciones a mediano plazo y rápidas. Le pongo un ejemplo. Hay la planta de Termomachala, que puede producir con gas 500 megavatios (MW), 400 están inutilizados porque no hay gas y porque el contratista que amplió la planta en el tiempo de (Rafael) Correa (que gobernó el país entre 2007 y 2017) terminó el contrato y dejó botados los equipos ahí en la arena. Se puede concesionar esta planta inmediatamente para que una compañía privada, con su plata, las repare y traiga gas. Eso puede ser en cuestión de pocos meses.

Usted tiene otra planta: Toachi Pilatón, que está 12 años atrasada. Asimismo contratada en tiempos de Correa y está en juicios con los contratistas. Usted puede llamar a un privado y decirle: ‘Señores, les concesiono esta planta, termínenla ustedes con su plata y con su técnica y háganse cargo de la operación’. Eso puede estar en pocos meses.

Una tercera solución es el problema de Coca Codo Sinclair, que está amenazado porque tiene internamente 70.000 fisuras. Externamente la erosión regresiva del río Coca la puede inutilizar, se necesitan cientos de millones de dólares de inversión y puede mejorar el rendimiento. Ahora produce unos 700 megavatios (MW) fijos, se puede subir a unos 1.200 MW con una inversión. Hay que llamar a los chinos que la construyeron, que están listos a que se les concesione. Llamando al sector privado a que se hagan cargo de esta crisis, es la única solución.

¿Si se toman hoy estas acciones, en qué tiempo podríamos decir que ya no habrá racionamientos?

En un año mínimo.

¿Pero si no llueve?

Por supuesto, si no llueve; todo dependerá de la lluvia. De aquí hasta en seis meses, así llueva, vamos a tener apagones, porque se ha dejado colapsar al sistema de Paute Mazar, eso tomará meses en restablecerse.

¿Cuánto porcentaje de la demanda de energía se cubre con la producción de Mazar?

Un 28 %. Lo primero es la solución de 400 megavatios (MW), ya el ministro (encargado de Energía Roberto) Luque pidió que traigan plantas en barcazas o en tierra. Hay 450 megavatios de capacidad, pero verás que lo importante no es solo llamar a la licitación, sino asegurarles el pago a los contratistas, por eso fracasó la licitación en mi época, porque no tuvimos el dinero y los contratistas dicen: ‘Traigo una barcaza, pero tienen que asegurarme el pago’.

Ecuador no es un país muy solvente, aquí usted tiene que depositar esa plata en un fideicomiso y pagarles, no es solo llamar a la licitación, sino también hay que hacer un esfuerzo, pedir a alguien y llamar a la licitación con el dinero en la mano, esa sería la primera medida, la generación emergente.

Rápidamente puede hacerse lo de concesionar Termomachala, hay compañías de gas que se harían cargo de la planta y en seis a ocho meses pueden ponerla en funcionamiento. En tiempos de Correa se gastaron cientos de millones de dólares y se compraron los equipos y están pudriéndose en la arena.

Pero después vino el gobierno de Lenín Moreno (2017-2021) y de Guillermo Lasso (2021-2023) del que usted fue parte. ¿Por qué no lo hicieron?

Son negociados del tiempo de Correa. Esta planta funcionaba bien en manos privados con la empresa (estadounidense) Energy Development Company. El presidente Correa la botó, le quitó el contrato. Ellos operaban el campo Amistad, sacaban gas y producían y generaban con ese gas electricidad. Cuando Correa los botó, a la burocracia de Petroecuador se le ocurrió buscar más gas y con este gas adicional ampliar la capacidad de generación.

Hicieron un negociado y trajeron una plataforma de perforación, que no llegaba a la profundidad del yacimiento, botaron 400 millones (de dólares) en buscar el gas que no encontraron porque la plataforma de perforación que contrataron no servía. Y en segundo lugar, como dijeron va a haber más gas, compraron a una compañía rusa los equipos para mayor generación y se pelearon también con esa compañía.

Entonces, no encontraron más gas y no instalaron la capacidad adicional, pero están ahí comprados los equipos para generar más. Hay compañías americanas y europeas interesadas que dicen yo traigo el gas, instalo esta capacidad adicional y las pongo a funcionar.

Pero el Estado no tiene la plata y tampoco ha privatizado, desde el tiempo del ministro Ortiz hay interesados, pero la burocracia se da las vueltas, esa es una decisión inmediata. Primero, por supuesto la generación adicional en barcazas y en motores. Ojalá salga bien. Luego esto de Termomachala inmediatamente, eso puede salir rápidamente. Y Toachi Pilatón, allí están peleando con el contratista, que se lo haga a un lado y se lo entregue a una compañía seria.

¿Con todos esos proyectos cuánto se generaría?

500 MW en generación adicional, 250 MW en Termomachala y 200 MW en Toachi Pilatón, son 950 MW, eso es nueva generación. Dejé adjudicados mil megavatios. 200 MW en El Aromo (zona rural del cantón Manta) solar, 100 MW en Villonaco en Loja eólica, 500 MW en diez plantas pequeñas, que son 800 MW de energías alternativas, más 200 MW de Energyquil, que era la antigua Electroquil, que está dispuesta a rehabilitar la planta y traer 200 MW, la única termoeléctrica.

Esos 1.000 MW necesitan unos pequeños ajustes, que se les garantice el pago, los permisos ambientales, eso ya está adjudicado, pero la burocracia se pasó cinco meses sin hacer nada y más bien les amenazó con la Contraloría, para amenazarles les mandó los documentos a la Contraloría como si fueran contratos mal hechos, pero están bien negociados. Entonces es la hostilidad de la burocracia. Hay mil megavatios adjudicados en tiempos de Lasso, inmediatamente darles autorización, entonces hay 2.000 megavatios y con eso salimos cuatro o cinco años hasta que se hagan los nuevos proyectos, pero sin intervención del Estado, excepto esta generación de emergencia.

¿Pero en el periodo de Lasso no pudieron concretar la inversión extranjera en el sector?

Todos eran boicoteadores. Tuve que botarles porque estos se oponían a todo. Esos mil megavatios que adjudiqué ya listos desde el 2020, la burocracia les tenía archivados. La burocracia se cree dueña de este sector estratégico, que por serlo debe estar en manos del Estado. Obviamente, el objetivo es la corrupción.

¿Cree en lo que dice Noboa que no le informaron sobre la gravedad de la crisis energética?

Sí, quisiera verle desde un ángulo un poco menos doloso, quizás tuvieron temor de decirle al presidente que tenemos que parar en un tiempo de elección, esa sería la explicación más suave; pero que le ocultaron información se la ocultaron porque cuando llega la represa Mazar a 2.118 metros ya se encienden las alarmas rojas.

Y si se baja a 2.115 metros ya se pone en riesgo la operación, en tiempos del presidente Lasso obviamente cuando llegó a esos niveles dijimos hay este riesgo, y él nos dijo: ‘Paren hasta reponer el agua’. Eso no le dijeron al presidente Noboa, no sé si de malos, de boicoteadores o por temor ya que siempre no es agradable en vísperas de elecciones apagar una planta, no sé cuál es la razón, porque las alarmas suenan y todo el mundo las conoce.

¿Cuál era el riesgo si no se detenían las operaciones en la planta Mazar?

Claro, porque ya debajo de ese nivel ya no hay agua, sino piedras, entonces usted está echando a las aspas de la turbina, en vez de agua, piedras. Está destruyendo, son como balas, como proyectiles, con esa caída se destruye el corazón de las turbinas que son las aspas.

Si le hubieran dicho cuando estaba en los 2.228 metros que pare un par de días o un par de horas, si se mejoraba la situación, pero no le dijeron, se lo ocultaron, no sé si por miedo al problema político o por boicot, pero que lo ocultaron lo hicieron y hoy está colapsada la planta.

¿Pero también se evidencia que la falta de experiencia de Noboa le jugó en contra?

Sí, poner personas que no tienen experiencia le afectó muchísimo; debió escoger un poco mejor. (I)