Las montañas que cobijan al centro histórico de Quito se han convertido en las tribunas que permiten admirar la belleza arquitectónica con la que cuenta este casco antiguo declarado Patrimonio Nacional del Ecuador y Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.

Existen tres sitios que se han vuelto insignia para los turistas y ciudadanos quiteños para compartir un platillo, consumir una bebida con o sin alcohol y disfrutar de la vista que ofrece este mágico lugar desde la tarde hasta la noche.

Las luces empiezan a encenderse desde las 18:00, de a poco las calles e iglesias van formando un mosaico que al caer la noche dibujan una silueta que cautiva la mirada de propios y extraños.

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Este Diario visitó tres lugares que cuentan con esta vista y proponen una experiencia única a sus visitantes:

Café Mosaico

Alexander Karras, propietario de Café Mosaico, recibe a sus visitantes de manera especial, él abrió su casa y la convirtió en Café Mosaico. Nació de la idea de un lugar para un tipo de alojamiento con huéspedes a los que se trata como en una casa, pues su domicilio era muy grande y sabía que tenía que explotar la vista espectacular. Así se convirtió en el primer mirador de Quito, en cuanto a la propuesta de comida, bebida y la vista desde la altura.

QUITO.- Vista panorámica del centro histórico de la capital desde el Café Mosaico, ubicado en el barrio Itchimbía. Foto: Andrés Salazar

En el lugar existe una zona de balcón con una vista panorámica desde la montaña que cobija al nororiente del centro histórico. El concepto es un lugar para compartir, tomar un café, comer un platillo o tomar algo de licor y disfrutar de música.

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Los jueves, viernes y sábado también cuentan con música en vivo, las noches en este lugar se contagian de los recuerdos del rock en inglés y rock latino. Mientras tanto, las personas pueden compartir una charla, corear las canciones o disfrutar del ambiente. Además, es un lugar amigable con las mascotas, que también serán bien recibidas.

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Está junto a otros restaurantes que han aprovechado la vista, no hace falta una reservación para llegar a este lugar, sin embargo, las mesas se llenan de manera rápida, por ello, sí ayudaría más reservar.

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El Ventanal

El restaurante El Ventanal abrió sus puertas en el 2009, ofrece una variedad de platillos gourmet, incluyendo carnes, mariscos, pescados y algunas opciones tradicionales como locro de papa y postres a base de chocolate ecuatoriano.

QUITO.- Vista panorámica del centro histórico desde el restaurante El Ventanal, en el barrio San Juan. Foto: Carlos Granja Medranda

William Hernández, administrador de El Ventanal, destaca que las personas nunca se aburren de acudir a este lugar, porque la vista siempre cambia. “Hemos tenido atardeceres hermosos con todos sus colores, noches que el cielo está totalmente despejado y se ven bastantes estrellas, incluso cuando son días de lluvia y tormenta se puede ver la fuerza de los rayos, siempre con la majestuosidad del centro histórico”, describió.

Casi siempre los ciudadanos se quedan con “la boca abierta”, el restaurante tiene una vista panorámica del casco antiguo, desde el flanco noroccidental del centro histórico. También se logra ver de frente al otro mirador, El Panecillo.

Al llegar los clientes les ofrecen un canelazo de bienvenida, es una bebida tradicional de Quito que se puede consumir con o sin licor. “Esta es la bebida de bienvenida, no se puede venir a El Ventanal sin subir a la terraza y tomar el canelazo de bienvenida”, agrega Hernández. El restaurante está ubicado en el barrio San Juan, tiene parqueadero privado y se recomienda primero realizar una reservación por vía telefónica.

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Pim’s Panecillo

Una de las paradas obligatorias, cuando de turismo en el centro histórico de Quito se trata, es la Virgen de El Panecillo. Este es un ícono histórico y turístico que tiene a la única Virgen con alas vigilando el casco antiguo desde 1975. En la parte baja del lugar se ubica un restaurante con una vista privilegiada.

QUITO.- Vista desde uno de los salones del restaurante Pim´s Panecillo. Foto: Carlos Granja Medranda

La marca tiene 42 años en el mercado, pero el Pim’s Panecillo está por cumplir 19. Su nombre está inspirado en un licor inglés, la marca es ecuatoriana. La vista desde el flanco sur del centro histórico está acompañada de un ambiente agradable, se caracterizan por ofrecer a sus clientes un menú variado. El 60 % es comida típica de Ecuador, pero también cuenta con platos internacionales.

Bajar las gradas y recorrer sus corredores, rodeados de flores, brinda una tranquilidad alejada del tráfico vehicular típico de una ciudad. Aquí se concentran la calma, el silencio y los olores de un buen café o un platillo tradicional.

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Ana María Valencia, gerenta propietaria de Pim’s, recuerda que durante este tiempo han guardado muchas anécdotas, pero lo especial del lugar, con su ambiente romántico, se ha prestado para pedidas de mano, aniversarios y cumpleaños.

Estos no son los únicos, existen más miradores que rodean al centro histórico, sin embargo, estos se vuelven especiales por la experiencia gastronómica, musical y armónica que ofrecen. Además, comparten esa posibilidad de conocer la gastronomía tradicional y aprovechar la vista. (I)