Cada día, desde un celular o una laptop, los ecuatorianos adquirimos víveres, vestimenta, tecnología y hasta servicios con un solo click. Este auge responde a varios factores: un mayor acceso a internet, la inclusión financiera, la facilidad de los pagos digitales y la inseguridad ciudadana, además de un público joven cada vez más familiarizado con las compras en línea; pero detrás de esa comodidad, crece un desafío silencioso: la seguridad digital.
Jorge Calderón: «El consumidor debe hacer su parte en el comercio
El analista económico Jorge Calderón explica que, si bien el comercio electrónico ha crecido a pasos acelerados desde la pandemia (en 2024 alcanzó los $ 5.500 millones, y se proyecta un crecimiento del 15 % para 2025, llegando a $ 6.500 millones), Ecuador sigue siendo uno de los países más vulnerables a ataques cibernéticos en la región.
El problema, no solo radica en los hackers, sino también en la falta de cultura digital. “Muchos consumidores aún no saben identificar señales de peligro en la web, y eso los vuelve presas fáciles”, añade Calderón, quien enfatiza que los principales esquemas de fraude en el comercio digital ecuatoriano giran en torno al phishing (correos que imitan bancos o comercios, pidiendo actualización de datos), sitios web falsos, e instalación de malware que roba credenciales.
Retos y oportunidades para Ecuador
Fortalecer la adopción tecnológica en las pymes, promover alianzas entre el sector público y privado, y fomentar la educación digital son algunos de los retos clave que identifica Calderón para el futuro del e-commerce nacional. Pero dice que también hay grandes oportunidades: un marco normativo que respalda la seguridad digital, el crecimiento del comercio electrónico y el potencial para que productos nacionales se posicionen internacionalmente a través de canales digitales seguros.
Cada compra en línea es una muestra de confianza, y garantizar esa confianza es tarea compartida. Como señala Calderón, “la tecnología está, las normas existen; ahora toca que empresas, consumidores y Estado caminen al mismo ritmo”. Solo así, el clic que hoy nos conecta con el mundo será también el más seguro.
Cindy Chan: «Es clave automtizar y usar apps que mejoren la atención»
Cuando el mundo se detuvo, ella decidió empezar. En marzo de 2020, mientras la pandemia mantenía cerradas las puertas de muchos comercios, Cindy Chan abrió las de su cocina y se puso a hacer lo que más amaba: hornear deliciosos postres. De ahí nació CCbites, una pastelería creativa que hoy tiene presencia en varios centros comerciales de la urbe: Las Terrazas, Supercines de Orellana y Vermont Plaza Norte, con una propuesta tan dulce como inspiradora.
“Ccbites comenzó en plena pandemia con cursos en línea”, recuerda Chan con una sonrisa. “Tomó forma cuando después de 3 meses de pandemia regresé a Ecuador para emprender. Desde ese entonces, no hemos parado”, cuenta la emprendedora, quien llegó a Guayaquil desde Hong Kong con sus padres cuando tenía 2 años de edad, y que a los 21 viajó a España para estudiar.
En sus establecimientos Chan tiene una variada oferta de postres personales, tortas enteras y donitas para los más chiquitos, cada propuesta -señala- está pensada con creatividad y atención al detalle. Pero más allá de las recetas, lo que distingue a Chan es su manera de conectar con el público. Tanto en la vida diaria como en sus redes sociales siempre se muestra cálida y atenta.
CCbites ha pasado por varias etapas, desde hornear en la cocina de su casa y vender en línea, pasando por alquilar espacios en donde producir sus postres, hasta tener su propia planta para preparar todas las delicias que ahora se exhiben en las vitrinas de sus locales.
Creatividad apoyada en la confianza, innovación y nuevas tecnologías
Para esta emprendedora -que trabajó durante 7 años como pastelera en España- el marketing digital es un pilar primordial en su negocio. “Exponer la marca, dar tu esencia, eso es lo que necesitas”. Con esa convicción, ha logrado que CCbites destaque en redes sociales por su estilo alegre, colores vibrantes y fotografías irresistibles que hacen que más de un seguidor termine cayendo en la tentación de probar alguna de sus creaciones.
Para ella, la viralidad no es casualidad, sino el resultado de entender cómo comunicar con propósito. Con solo poner en el buscador de TikTok la palabra CCbites aparecen videos de 37.000, 87.000 y hasta de 118.000 reproducciones.
“El marketing digital es importante, pero la esencia y los productos tienen que ir de la mano”, asegura la propietaria de CCBites (el nombre del negocio que significa ‘C’ por Cindy, ‘C’ por Chan y ‘Bites’ igual a pasteles).
Esa filosofía es la que mantiene al emprendimiento de Chan creciendo y conquistando a más clientes que buscan algo más que un postre: una experiencia.
En este mismo sentido, la emprendedora también resalta la importancia de la innovación tecnológica, de allí que pone énfasis en el campo del comercio digital: “Lo clave de cobrar en línea es automatizar y usar aplicaciones que mejoren el servicio al cliente”.
Detrás de cada donita y pastel, hay una historia de esfuerzo y reinvención. Cindy Chan es parte de esa generación de emprendedores que convirtieron la crisis en oportunidad. Su receta para el éxito combina ingredientes simples: pasión, autenticidad y constancia. (I)


















