En los últimos cinco días, la lista de espera por una cama en las unidades de cuidados intensivos (UCI) de los hospitales públicos del país pasó de 395 a 435 pacientes a nivel nacional. De ellos, el 80% no resiste y muere por falta de atención. Médicos y enfermeras dicen que “ya casi no hay oxígeno”, mientras los gerentes buscan la manera de abastecerse. Pero desde la industria que envasa el gas medicinal advierten que la situación es más crítica que al inicio de la pandemia del COVID-19, hace un poco más de un año, y que la demanda ya rebasó la capacidad de producción.
Víctor Álvarez, presidente del Colegio de Médicos de Pichincha, dice que “el sistema sanitario nacional está colapsado” y que, a pesar de las restricciones que algunas ciudades ya venían imponiendo, “a nivel nacional cada día se están contaminando 1.937 pacientes”.
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En el hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), en el sur de Guayaquil, se han rehabilitado 40 respiradores para tratar de ayudar a los pacientes de UCI.
Danilo Calderón, gerente del Teodoro Maldonado Carbo, sostiene que a pesar del rescate y reparación de esos equipos, “ya no se abastece la demanda” de pacientes. En esta casa de salud, al servicio de los afiliados y jubilados del Seguro Social, hay 126 puestos críticos, incluidas las camas de UCI, pero aquí “ya no hay espacio” para más infectados.
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José García compró un tanque de oxígeno en $ 520 para tratar de ayudar a que su mamá respire mejor. Al cabo de cuatro horas, tuvo que hacer una recarga del gas medicinal, por la que pagó $ 30, hasta que finalmente la paciente requirió hospitalización; sin embargo, al cabo de una semana internada y de necesitar intubación, según el criterio de los médicos que la tratan, no hay espacio en UCI y ella sigue esperando en cuidados intermedios, donde está recibiendo oxígeno, pero ya con el 95% de sus pulmones comprometidos por el virus y con diagnóstico reservado.
Quienes aún pueden tratar a sus familiares en casa, buscan también la manera de abastecerse de un tanque de oxígeno. Hay quienes alquilan los tanques en $ 70 diarios, pero la condición es devolverlos llenos.
Y es que este es un nuevo problema en el repunte de la pandemia en Ecuador: el oxígeno se está acabando.
A la planta de Swissgas, ubicada en Durán, llegan decenas de personas en busca de venta y recarga de oxígeno. Su gerente, Álex Frías, le dijo a Ecuavisa que “la demanda hoy en día es superior al año pasado, cuando empezó la pandemia del COVID” en Ecuador.
En esta planta advierten que están a punto de cerrar las ventas particulares al público para poder seguir abasteciendo la demanda de los hospitales, que se ha triplicado.
Swissgas pasó de vender a los hospitales una tonelada de líquido hace unos meses a tres toneladas actualmente. “Vamos a llegar a un punto en que no vamos a poder cumplir con la demanda a nivel nacional”.
Además de los hospitales y personas particulares, la compañía también vende oxígeno a distribuidores, “a los que vamos a tener que venderles de forma limitada, por cupos”; y a las industrias, a las cuales ya restringió la venta.
Frías dice que se han incorporado nuevas líneas de llenado, se ha importado producto de otros países, pero nada ha sido suficiente. La demanda de oxígeno simplemente ya ha rebasado la producción y el envase. “Hemos conversado con la competencia, pero ellos tampoco nos pueden vender porque también están saturados”.
Swissgas aún no da una fecha en la que dejará de vender a particulares, pero tal como está la situación, según calcula su gerente, la restricción es algo inminente. (I)