De los 35.026 vehículos que se vendieron entre enero y marzo pasado en Ecuador, el 34,62 % (12.125 unidades) llegaron desde China, país con el que se firmará este 10 de mayo un acuerdo comercial. Si se compara ese periodo de los primeros tres meses del año, la comercialización de vehículos procedentes de China creció un 60 % desde el 2021, pues entre enero y marzo de ese año se vendieron 7.562 unidades, según cifras de la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (Aeade).

Dentro de esa procedencia, además de las marcas chinas como Chery, Dongfeng, Changan, Jetour, Shineray, y más, también se incluyen vehículos de marcas globales que tienen sus plantas en el gigante asiático como KIA, Hyundai, Toyota, Nissan, Volkswagen, entre otras.

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Este crecimiento se dio pese a que los automotores ingresaron al país pagando un arancel de entre el 35 % y 40 %, pero con la vigencia del acuerdo comercial con China se irá reduciendo hasta cero. La eliminación del arancel no será inmediata, sino que se aplicará una desgravación lineal, esto significa que cada año el arancel bajará 2,6 %, explicó David Molina director ejecutivo de la Cámara de la Industria Automotriz Ecuatoriana (Cinae).

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“Son quince años, pero con desgravación anual. Eso quiere decir que cada año los vehículos chinos ingresarán con preferencias”, aclaró Molina, quien proyecta un impacto a la producción nacional que se encuentra en el segmento de vehículos de gama media, de producción por volumen, principalmente automóviles, SUV y camionetas, en donde los carros chinos cuentan actualmente con una participación del 31,9 % en el mercado, pero que sin aranceles, según proyecciones de la Cinae, podrían alcanzar el 50 % en poco tiempo, sin necesidad de llegar a la eliminación total del arancel en quince años.

La producción nacional ocupa el segundo lugar en el mercado local con el 16,5 %, según el origen, detrás de China.

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¿Por qué creció la preferencia por los vehículos chinos? El director ejecutivo de la Cinae explica que se debe a sus bajos precios. “Estos vehículos llegan al país con precios más bajos porque son precios administrados por el Gobierno chino, con altos subsidios a la exportación y condiciones de competencia injustas”. Afirma que en China el régimen laboral es mucho menos rígido y sus salarios son solo una fracción de los que se pagan en Ecuador.

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“Además, ellos no tienen un compromiso serio para el cumplimiento de las normas internacionales de protección al ambiente y la propiedad intelectual, temas que no han sido incorporados en el acuerdo”, asegura Molina.

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Para enfrentar el impacto, Molina cree que el Gobierno debe desarrollar una estrategia de trabajo serio para realizar cambios estructurales en materia de competitividad: temas laborales, tributarios y tramitología. Y una agenda interna de competitividad con incentivos a la producción local.

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“No es posible competir con China en igualdad de condiciones, por lo que se deben buscar mecanismos que equiparen la cancha. La competencia es buena y hay que impulsarla, pero siempre que esta sea justa y equilibrada. Con China, no es el caso”, advierte.

Camarón no pagará aranceles cuando se cumpla plazo acordado de 10 años

En la otra cara de la moneda, otros productos ecuatorianos tienen altas expectativas con la entrada en vigencia del acuerdo.

Es el caso del camarón, que actualmente es el primer producto ecuatoriano de exportación en el mercado chino. En el 2022 se exportaron a ese destino $ 3.500 millones, pagando un arancel del 2 %. Y entre enero y febrero pasado se exportaron $ 1.163 millones, un crecimiento del 2 % en comparación con el mismo periodo del 2022.

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José Antonio Camposano, presidente ejecutivo de la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA), indica que el acuerdo también establece una desgravación paulatina para el camarón. “Finalmente nuestro producto no pagará aranceles en ese mercado, una vez cumplido el plazo acordado (10 años). Ahora corresponde hacer uso del acuerdo para estrechar los diálogos con las autoridades sanitarias a fin de armonizar criterios técnicos y garantizar el flujo de nuestro producto de forma permanente”.

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Sobre cálculos de crecimiento de exportaciones tras la entrada en vigencia del instrumento, Camposano dice que es difícil hablar de proyecciones, pues Ecuador ya es el principal proveedor de camarón a China. “Más bien aspiramos a defender nuestra cuota de mercado, eso también es muy importante”.

El banano tendrá un trato similar, indica la Corporación de Gremios Exportadores del Ecuador (Cordex). Actualmente, el banano ecuatoriano paga un arancel de 10 % por su ingreso al país asiático, con el acuerdo comercial disminuirá 1 % por año. Es decir, en 10 años, el producto entrará al gigante asiático sin pagar aranceles.

“Es positivo para las exportaciones ecuatorianas y en particular para las bananeras, ya que con el mismo la desgravación arancelaria sería de 10 años, lo que permitirá que el envío de la fruta aumente”, indica Richard Salazar, director ejecutivo de la Asociación de Comercializadores y Exportadores de banano del Ecuador (Acorbanec).

Mientras, en el caso del cacao, a partir de la firma y aprobación del acuerdo, el sector aspira a una desgravación inmediata de los aranceles en ese mercado, sostiene Merlyn Casanova, directora ejecutiva de la Asociación Nacional de Exportadores de Cacao del Ecuador (Anecacao), quien señala que los importadores chinos graban entre el 8 % y 22 % de impuestos sobre este producto.

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Para la pesca, en cambio, la expectativa del acuerdo es conservadora, pues China es el principal país pesquero del mundo y su balanza comercial de pescados y mariscos es superavitaria en la mayoría de los productos, a excepción precisamente de la harina de pescado, el pescado congelado y sobre todo los crustáceos, al ser un gran importador de este tipo de productos.

La madera busca crecer en envíos, pero proteger su industria

El sector de la madera también tiene buenas perspectivas. Christian Riofrío, director ejecutivo de la Asociación Ecuatoriana de Industriales de la Madera (Aima), señala que el acuerdo incluye una reducción de aranceles para los productos, principalmente de balsa, que elevarán la competitividad de la industria.

Las exportaciones totales del sector a China fueron de $ 136,3 millones en 2022. De esas, el 85,4 % fue de productos derivados de balsa (bloques encolados y paneles), según Riofrío, quien resalta que también lograron protegerse, al señalar que se excluyeron 18 subpartidas arancelarias importantes para el sector, principalmente de muebles.

“Los muebles que se importen desde China no tendrán reducción de aranceles, por lo tanto no tenemos esa falta de competitividad frente a los bajos precios que sabemos que tiene China”. Y destaca la protección que se logró para el sector durante las negociaciones.

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En general, según la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), con la entrada en vigencia del acuerdo con China, en los primeros años del acuerdo se espera consolidar un incremento de exportaciones de más de $ 900 millones.

Esto en un contexto negativo para Ecuador, que en 2022 tuvo una balanza comercial total con China deficitaria en $ 609 millones, con un déficit en la balanza comercial petrolera de $ 84 millones y un déficit en la balanza comercial no petrolera de $ 525 millones, según Fedexpor.

Sin embargo, entre enero y febrero pasado Ecuador tuvo una balanza positiva de $ 76 millones con el gigante asiático, al exportar $ 1.024 millones e importar $ 947 millones; cifras positivas en comparación con las del mismo periodo del 2022 cuando la balanza fue negativa de $ 162 millones ($ 948 en exportaciones y $ 1.110 millones en importaciones).

Actualmente, más de 11.000 empresas ecuatorianas mantienen relaciones comerciales con China, de las cuales alrededor de 600 son empresas exportadoras. (I)