A principios de año, la Junta de Política y Regulación Financiera resolvió fijar las nuevas tasas de interés activas para el primer trimestre del 2023. De los 13 segmentos solo dos (productivo empresarial y productivo corporativo) se incrementaron y el resto se mantuvieron en los mismos rangos. Esto, a diferencia de lo que pasa en el resto del mundo en donde las tasas de interés han ido en franca alza.

Antes que ser una buena noticia, esta fijación de tasas (que se hace sin atender el comportamiento del mercado) ha levantado alarma tanto de representantes de la banca como en expertos, quienes advierten que las tasas bajas, en momentos en que el fondeo para el financiamiento ha subido a nivel internacional y local, generarán una restricción al crédito para el 2023 y, por ende, exclusión financiera.

La fijación de tasas que es la modalidad en que se establece el costo del dinero en Ecuador, desde hace varios años ya ha generado una importante exclusión financiera y este año el problema continuaría ahondándose.

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¿Por qué sucede esto?

A mayores tasas hay mayor incentivo para que los bancos y cooperativas puedan prestar dinero a clientes de mayor riesgo. A menor tasa, el incentivo se reduce y la banca prefiere prestar a personas de menor riesgo.

De acuerdo con Alberto Acosta Burneo, editor de Análisis Semanal, los techos a las tasas de interés impiden a las instituciones financieras otorgar crédito en operaciones de mayor riesgo. Así, desde 2007 el número de operaciones de la banca privada se redujo, mientras que su monto promedio subió. Esto significa menos créditos, pero mayor volumen. Otra manera de decirlo: “más dinero en menos manos”. Hay varios datos que lo demuestran:

  • En el periodo 2007-2019 el número de operaciones se redujo en 0,6 % promedio anual, mientras que el monto promedio se elevó en 10,1 %.
  • Entre enero y noviembre del 2022, mientras los montos colocados aumentaron 22 % de manera interanual, el número de operaciones creció solo 9 %, y el número de clientes 7 %.
  • Otra evidencia es el comportamiento del microcrédito, cuyo monto promedio casi se ha cuadruplicado. En 2008 el crédito minorista tenía un monto promedio de $ 300 mientras que hoy supera los $ 1.000.

¿Qué son la exclusión y la represión financiera?

Para Alberto Acosta Burneo las políticas de la Junta que buscaban beneficiar a los grupos menos favorecidos, manteniendo bajas las tasas, terminan dejando fuera a personas que buscan crédito de volúmenes más bajos, pero que tiene un mayor riesgo de cobro. Esto, en pocas palabras, es la exclusión financiera.

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A su vez, este comportamiento termina impulsando el regreso al chulco de quienes quedan fuera de la banca formal. Dicho fenómeno se conoce como represión financiera. El costo del financiamiento en el chulco puede llegar en promedio a 4 % diario o hasta 1.200 % anual con condiciones de pago diarias en la mayoría de los casos. (Equifax, agosto 2021). “Esto demuestra que el problema de acceso al crédito en Ecuador no es la tasa, sino la normativa que distorsiona la oferta de crédito”, dice Acosta.

Sobre el tema, Marco Rodríguez, presidente ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados, ratifica que en Ecuador los techos que tienen las tasas activas máximas no reflejan las condiciones actuales de la economía y están provocando restricción del crédito en todos los segmentos. Este fenómeno se está dando, “especialmente en los segmentos del crédito productivo, empresarial, pyme y microcrédito, agravando la situación de algunos de esos segmentos que venían ya afectados con exclusión financiera desde que se establecieron los límites y techos a las tasas de interés, en 2007″.

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Por otro lado, el costo del fondeo local también se ha incrementado. La tasa de interés pasiva referencial -a enero del 2023 del sistema financiero- alcanzó el 6,65 %, más de un punto porcentual por encima del año anterior.

El encarecimiento de este financiamiento dificulta que un flujo importante de recursos nuevos arribe al país para fondear nuevos créditos.

El Fondo Monetario también ha hecho una reflexión sobre las políticas de tasas de interés y ha indicado que el crédito al sector privado se desacelerará en 2023 a 7,2 %, es decir registrará un descenso de 5,8 puntos porcentuales. “Se puede prever que en 2023 el crédito estará menos disponible especialmente en aquellos segmentos cuyos techos a tasas de interés limitan su oferta”, ha dicho el organismo. En el reporte de país del FMI se indica que “el endurecimiento de las condiciones financieras globales podría traducirse en un aumento de las tasas de interés en Ecuador y en presencia de techos, se daría racionamiento del crédito, perjudicando la inclusión financiera”. El FMI es partidario de la relajación de los techos lo que permitiría una adecuada valoración del riesgo crediticio. (I)