Ecuador sigue libre de Fusarium raza 4 (FOC R4T), sin embargo, hay otras plagas a las que se enfrentan los productores de banano, plátano y otras musáceas. Ante ello, desde diferentes entidades, tanto del sector público como privado, trabajan en medidas para combatirlas y tomando previsiones. Una de ellas es el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (Iniap). Su director ejecutivo, Raúl Jaramillo, comenta parte de las acciones que realiza la entidad.

¿Cómo trabaja el Iniap para enfrentar las diferentes plagas?

El Instituto viene investigando con opciones de manejo biológico de la enfermedad.

Hay una gran diversidad de especies que estamos trabajando, que han mostrado antagonismo frente a ralstonia (moko), a Fusarium raza 1, un primo del FOC R4T, que está presente aquí en el país. Hemos enviado estas cepas al extranjero, se han comprobado contra FOC R4T con excelentes resultados, todos esos temas los estamos tratando de impulsar.

Publicidad

¿Cuál es el objetivo?

Estamos tratando de impulsar con el subsecretario de musáceas, con otras autoridades del Ministerio (de Agricultura y Ganadería, MAG) llegar a 10.000 hectáreas, en donde se implemente el manejo regular, como una nueva práctica agrícola, el uso de estas Trichodermas, alternándolas para aumentar la efectividad.

¿Ya se ha implementado?

Sí. Esto va a ser un esfuerzo de largo aliento. Deseo que más organizaciones, empresa privada, Gobiernos autónomos descentralizados (GAD) se incluyan y empiecen a producir estos microorganismos asesorados por el Iniap, para escalar la producción y poder llegar. No creo en este modelo que el Iniap pueda hacerlo directamente, eso no es viable, no es sostenible además.

Hay varias organizaciones (cuatro) en El Oro; en Manabí, una, que ya están implementando la producción de estos microorganismos directamente, es un gran ejemplo, con ellos estamos llegando a alrededor de 2.000 hectáreas que ya están siendo impactadas.

Publicidad

Estamos también en Guayas, en Los Ríos, con algunas implementaciones, algunas empresas están queriendo desarrollar sus propios laboratorios con nuestro apoyo. Creo que va a crecer mucho, que va a haber muy buenas noticias en aproximadamente seis meses, tal vez se supere lo que estoy anticipando.

Me complace mucho particularmente lo de El Oro, porque es una zona muy expuesta a la entrada de Fusarium desde Perú... hay un área muy grande, más de 400.000 hectáreas entre plátano y banano que en algún momento quisiéramos llegar a intervenir, pero mi arranque es 10.000.

Publicidad

¿Estos microorganismos son solo para el moko, Fusarium o para diferentes tipos de enfermedades?

Para algunas enfermedades. Trichoderma, que es un género de hongos con distintas especies, tiene un amplio rango de antagonismo, incluso lo investigamos inicialmente hace más de 20 años, originalmente contra la monilla del cacao con buenos resultados.

Hay distintas cepas, hay variantes del tricoderma y algunos son efectivos contra ralstonia y estas cepas, son particularmente efectivas contra la ralstonia y también contra Fusarium, así que en realidad es un tema muy interesante.

Cuando empieza a trabajar con microorganismos, con organismos vivos, el grado de efectividad puede cambiar de lugar a lugar y el manejo es muy delicado. No puede aplicar estos organismos en un suelo seco, tiene que minimizar el uso de fungicidas, de nematicidas, porque eso también puede complicar, puede eliminarlos del medioambiente, así que hay un tema de capacitación también.

¿Cuál es la situación actual del moko en las plantaciones del banano y el plátano?

De los reportes que tenemos del trabajo de nuestros técnicos, la enfermedad ha progresado, se ha dispersado. Las cifras oficiales las manejan el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y Agrocalidad.

Publicidad

Hay algunos lugares en donde la enfermedad está dispersa, afectando a áreas contiguas dentro de las mismas plantaciones, los mismos cultivos, plantaciones que inclusive han sido abandonadas por la afectación severa y otros lugares en donde de acuerdo con el manejo, según ciertas técnicas que algunos productores exitosamente vienen implementando, se va conteniendo y hasta eliminando la enfermedad.

¿Cuál es el papel del Iniap en este trabajo conjunto con el sector privado?

Estamos colaborando activamente desde el ámbito del Instituto, de la investigación, del desarrollo de tecnologías, de la capacitación continua.

El MAG conformó un comité de seguimiento de evaluación para articuladamente con la empresa privada, los productores de agroquímicos, GAD, Consorcio de Gobiernos Autónomos Provinciales del Ecuador (Congope) y otras instancias, tratar de unir esfuerzos. Previamente, Agrocalidad tenía reuniones, mesas técnicas que se venían articulando, en todas ellas el Iniap ha colaborado.

¿Hay apoyo internacional?

También debo destacar el esfuerzo que estamos haciendo con apoyo de la cooperación internacional, GIZ, Fontagro, otras instancias vienen también colocando recursos para proyectos de investigación.

¿Qué resultados se han obtenido?

Al moko hay que enfrentarlo con responsabilidad, buscando hacer buenas prácticas desde el inicio. Hemos enfatizado mucho con Agrocalidad, con el ministerio, trabajar en la bioseguridad, en los perímetros, en el ingreso y salida de personal y de herramientas.

Por ejemplo, una medida que parece trivial, pero de grandes resultados: que no ingresen botas de afuera de la propiedad, que tenga su stock de botas para que cualquier persona que ingrese utilice esas botas. Eso tiene un gran efecto. El manejo de los pediluvios, de los rodaluvios, todo eso también tiene un efecto; igualmente, el tema del diagnóstico temprano. (I)