El pasado feriado fue fatal para los bosques y áreas protegidas de Ecuador. Hubo cuatro incendios forestales de grandes proporciones. Más de 700 hectáreas (ha) fueron afectadas, según datos preliminares.

El viernes 9 de octubre se dio la alerta de un incendio en la reserva ecológica Antisana, en la parroquia Píntag, en Quito. Tres días tardaron las tareas para extinguir las llamas. En un informe inicial se detalla que 470 ha de pajonal fueron calcinadas.

Ese mismo día, cerca de un centenar de hectáreas de bosque nativo fueron consumidas en un incendio en el cerro Samago alto, cabecera cantonal del cantón Chilla, El Oro.

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Richard Cartuche, alcalde de Chilla, indica que las llamas se propagaron con rapidez por la presencia de vientos. Afirma que se realizará una investigación para determinar las causas: “Pedimos a dueños de predios de siembras de ciclo corto que eviten quemar las malezas, esta temporada se producen incendios por el viento”.

Cerca de un centenar de hectáreas de bosque nativo fueron consumidas en un incendio en el cerro Samago alto, cabecera cantonal del cantón Chilla, El Oro. Foto: Cortesía

De acuerdo con los datos del Comité de Operaciones de Emergencias de Chilla, en el 2018 se quemaron más de 270 hectáreas, provocando pérdidas de pastizales, vegetación nativa y bosque.

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Luego, el domingo 11 de octubre, también se conoció que varias hectáreas de la reserva Manglares Churute, en Guayas, estaban afectadas por un voraz incendio. Bomberos y personal del Ministerio del Ambiente y Agua (MAAE) tuvieron que extremar esfuerzos para controlarlo.

El lunes, el fuego estaba, en su mayoría, extinguido, pero se reportaron pequeños focos que luego se controlaron. Este Diario conoció que especies como reptiles fueron afectadas por las llamas. Biólogos y veterinarios aún están evaluando el impacto.

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Y en la noche de ese mismo domingo y la madrugada del lunes, el MAAE dio a conocer de otro incendio. Esta vez en los páramos de Piñán, provincia de Imbabura. Habría una afectación de 160 ha de pajonal, según el ente estatal.

Si bien en Ecuador en estos meses empieza el invierno y se registran temperaturas altas que pueden ocasionar incendios, la mayoría de estos serían provocados por el hombre y las consecuencias del cambio climático no solo son en el país, sino a nivel mundial.

Hábitats muy sensibles fueron afectados por las llamas en Manglares Churute. Foto: Cortesía

Los factores principales son la persistencia de un clima más cálido y seco debido al cambio climático y la deforestación causada principalmente por la conversión de tierras para la agricultura. Los datos fueron revelados en el análisis Incendios, bosques y el futuro: una crisis fuera de control, del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, en inglés) y Boston Consulting Group (BCG), presentado en septiembre pasado.

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Los seres humanos son los responsables del 75 % de todos los incendios forestales”, destaca el informe. “Si continúan las tendencias actuales, habrá devastadoras consecuencias a largo plazo debido a la liberación de millones de toneladas adicionales de dióxido de carbono”, añade.

De hecho, el Municipio de Quito informó que a través de la Red Metropolitana de Monitoreo Atmosférico (Remmaq) se identificó que la calidad del aire de la ciudad se vio afectada por el incendio en Antisana.

La Secretaría de Ambiente de la capital señaló que debido a la dirección del viento las emisiones de dióxido de carbono que se generaron llegaron a la ciudad. La calidad del aire se mantuvo en “condición de afectación” por varias horas luego de que el incendio fue controlado.

“Es importante que personas sensibles, como ancianos, mujeres embarazadas, niños y quienes sufren de enfermedades respiratorias crónicas, tomen las debidas precauciones”, se indicó.

Esto se suma a los impactos inmediatos de los incendios que diezman la biodiversidad, destruyen ecosistemas vitales, amenazan vidas, propiedades, medios de vida y economías, y representan un riesgo de graves problemas de salud a largo plazo para millones de personas, dice WWF.

“El mundo fue testigo de las devastadoras consecuencias de los incendios del año pasado, pero aquí estamos de nuevo. Hay que ser proactivos y prevenir los incendios antes de que ocurran es prioritario y es mucho mejor que enfrentarlos cuando ya los bosques están ardiendo. Las buenas intenciones en el papel no significan nada si no se complementan con acciones reales y efectivas sobre el terreno, y estas acciones deben centrarse urgentemente en los bosques y abordar el cambio climático”, afirma Fran Price, líder global de bosques para WWF. (I)

[Video] Se realizó un sobrevuelo con el helicóptero de @BomberosQuito, y se confirma que el incendio forestal continua activo. @Riesgos_Ec, coordina la presencia @FFAAECUADOR y de @PoliciaEcuador con la movilización de Aero Policial. #ElFuegoNoEsJuego pic.twitter.com/qCP6ZRTkSu