Hace más de un mes una herida de perdigón en el pecho parecía condenarlo a muerte. Iguiñaro, un cóndor macho que tendría entre 30 y 50 años de edad, fue encontrado por comuneros de la parroquia El Quinche, Pichincha, en el suelo y sin poder levantar el vuelo.

Al ver que el ave no se movía con la presencia humana, los comuneros llamaron a los especialistas del Quito Zoo para organizar el rescate. El ave fue tratada con terapia de fluidos, oxígeno y manejo del dolor.

Las radiografías del cuerpo permitieron identificar la presencia de un perdigón a nivel del músculo pectoral izquierdo. Sin duda, a Iguiñaro lo intentaron cazar.

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Lo paradójico del caso es que la zona donde fue encontrado el animal está dentro del área de protección de humedales del cerro Las Puntas. Si bien en este lugar se han realizado programas de remediación ambiental y campañas contra la cacería, todavía hay hacendados que permiten este tipo de prácticas, dice Susana Escandón, coordinadora del área protegida.

Luego de un mes de constantes cuidados por parte de los especialistas, Iguiñaro se recuperó y pudo ser liberado el pasado sábado en la reserva Chakana, también en Pichincha, para que pueda reintegrarse a su hábitat natural.

Iguiñaro fue liberado el pasado sábado en la reserva Chakana, Pichincha. Foto: Cortesía Quito Zoo

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Los especialistas del zoológico determinaron que el perdigón ubicado en el cuerpo del espécimen no le afectó órganos vitales ni le provocó intoxicación por plomo.

La Fundación Cóndor Andino y The Peregrine Fund, con el apoyo del Municipio de Quito, instalaron un rastreador satelital en el cuerpo de esta ave que permitirá monitorear su desplazamiento y ubicación.

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A pesar de que el cóndor es reconocido como un emblema nacional, esta especie continúa enfrentando cacería, envenenamiento y el aumento descontrolado de perros ferales, lamenta Martín Bustamante, director del Quito Zoo.

Para el especialista, es necesario emprender acciones colectivas profundas que permitan cuidar la especie, su rol en el ecosistema, su relación con el agua y los páramos y frenar su amenaza constante para “evitar su extinción”.

Su liberación generó satisfacción, pero también incertidumbre al saber que, en estado silvestre, Iguiñaro seguirá expuesto a la caza, carroña envenenada y a la posibilidad de una nueva agresión.

Especialistas del Quito Zoo participaron en la liberación del cóndor Iguiñaro. Foto: Cortesía Quito Zoo

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En el marco del proyecto de Monitoreo e Investigación del Cóndor Andino, se han marcado 16 cóndores (incluido Iguiñaro), de los cuales 12 están con rastreadores satelitales.

Al momento se cuenta con una base de datos que ha permitido realizar un censo poblacional. Al 2018 se calcularon 150 individuos.

Entre los datos recabados por la investigación se ha logrado determinar que el Distrito Metropolitano de Quito es el territorio más importante a nivel nacional para esta especie, ya que allí se congrega la mayor población y cantidad de sitios de anidamiento.

Quito alberga a cerca del 50 % de las posibles parejas reproductivas que existen en el Ecuador y 9 de los 16 nidos registrados hasta la fecha en todo el territorio nacional.

Visto por última vez

El biólogo Yann Potaufeu, de la Fundación Galo Plaza Lasso, ha recopilado imágenes y datos que determinan que Iguiñaro fue visto por primera vez, en 2016, en la comunidad de Zuleta, Imbabura, en compañía de una hembra.

El investigador ha registrado tres avistamientos de este cóndor y su pareja, entre octubre y diciembre de ese mismo año.

El trabajo de foto-identificación e investigación que se realiza, desde hace cinco años, ha permitido conocer a los cóndores silvestres gracias a las marcas únicas que ellos tienen en el rostro. De esta manera, es más fácil el seguimiento a cada individuo en vida libre o cuando enfrentan algún problema.

Apoyo a la conservación

“Para mí este momento es un compromiso para seguir trabajando por esta causa. Agradezco a todos ustedes, porque aquí veo que se han sumado varias voluntades. Ustedes, chicos que lo rescataron (al cóndor)”, indicó el alcalde de Quito, Jorge Yunda, quien estuvo presente en la liberación.

El funcionario aseguró que tiene “la responsabilidad” de preservar los páramos que no solo son el hábitat del cóndor, sino de osos y colibríes. El alcalde de la capital visitó a Iguiñaro en su recuperación en el zoológico. (I)