Parecería que es propio de la investigación del caso Sobornos 2012-2016 hablar de “aportes” que supuestamente entregaban al gobierno de Rafael Correa empresas privadas que trabajaban para el Estado o la solicitud de dineros para campañas electorales a estas y sus directivos a cambio de mantener esos contratos y otros por venir.

Pero al revisar la historia judicial reciente se muestra que datos similares ya se conocieron en la investigación del delito de asociación ilícita relacionada con la trama de corrupción que implementó en el país la constructora Odebrecht. La causa tuvo ya sentencia el 13 de diciembre de 2017 y el 11 de septiembre próximo se dará la audiencia de casación.

En ese proceso legal, el exvicepresidente Jorge Glas, su tío Ricardo Rivera, dos exfuncionarios públicos y un empresario fueron sentenciados a seis años de reclusión menor.

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En tanto que a los empresarios José Terán, Gustavo Massuh y Kepler Verduga, por colaborar con la Fiscalía, se les impuso la pena modificada de catorce meses de prisión.

El exfiscal Carlos Baca decidió abstenerse de acusar a otros procesados. Entre ellos José Conceição Santos, exdirector de Odebrecht en Ecuador; y los funcionarios brasileños Mauricio Grossi, Ricardo Vieira y Claudemir Dos Pasos.

El conjuez ponente del Tribunal Penal que dictó oralmente la sentencia, Édgar Flores, resaltó que Glas en su calidad de servidor publico (en diferentes cargos), en asocio con José Santos, articuló la concesión de contratos públicos en sectores estratégicos a cambio del pago de retribuciones económicas no previstas ni dispuestas legalmente.

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Los pagos ilegales que sobrepasaron los $ 32,1 millones, según Santos, se habrían hecho en relación con cinco proyectos: Hidroeléctrica Manduriacu, Refinería del Pacífico-Movimiento de Tierras, Trasvase Daule-Vinces, Acueducto La Esperanza y Poliducto Pascuales-Cuenca.

Casi dos años después, la ahora fiscal general, Diana Salazar, para vincular a Glas al caso Sobornos señalaba algo similar. Decía que él, por disposición de Correa, tomó el “control total” de los sectores estratégicos, incluida Senagua y el MTOP, y tenía estrecha relación contractual con varias empresas ahora procesadas.

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Glas, Correa y los exministros Walter Solís y Vinicio Alvarado son vistos por Salazar como líderes de una “estructurada organización delictiva” dedicada a recibir recursos de empresas privadas a cambio de la adjudicación de contratos del Estado. Para Fiscalía, el dinero iba dirigido a cubrir gastos que el movimiento Alianza PAIS (AP) hizo para sostener su ideología política.

El 27 de septiembre de 2017, en la Corte Nacional, Santos ya habló en su testimonio anticipado de temas que en el caso Sobornos se están indagando.

Por ejemplo, recordó que Ricardo Rivera, en el 2011, lo buscó para indicarle que él era la persona que intermediará los negocios del sector estratégico para Glas. Le habría dicho Rivera que los proyectos solamente saldrían para que Odebrecht participe de la licitación si esta aportaba con pagos entre el 1% y el 1,3%.

Según Rivera, bajo ese sistema de pagos ya trabajaban para ese entonces empresas asiáticas que contrataban con el Estado ecuatoriano, como Sinohydro, CWE, entre otras.

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En el caso Sobornos, estas empresas bajo los códigos V14 y V9, respectivamente, aparecen en los archivos encontrados en la computadora de una de las investigadas, la exasistente de la asesora presidencial Pamela Martínez, Laura Terán.

Otro dato dado por Santos en su testimonio en el 2017 y que tendría relación con el caso Sobornos habla del pedido de dinero por parte de Glas para una campaña electoral.

El hecho habría ocurrido en la vicepresidencia, sostuvo Santos. Ahí Glas le habría dicho que necesitaba $ 1 millón para la campaña del 2014 y que ese era un pedido en nombre del Gobierno del Ecuador y del presidente de la República.

La respuesta del brasileño habría sido que no podría honrar ese compromiso, pues ya estaba pagando una cantidad enorme de recursos.

Odebrecht bajo el código V7 aparece también en la información que registraba minuciosamente Terán en sus cuadros de Excel bajo los nombres de archivo Verde, Verde Final... En los registros, los nombres de los ejecutivos de Odebrecht, como José Santos o de otro brasileño Geraldo de Souza, siempre están atados a Jorge Glas.

Por ejemplo, en un documento de noviembre del 2013 bajo el título ‘Voluntarios’ aparece un cuadro que en el séptimo lugar está el nombre de Odebrecht/2M/JG, que revelaría aparentemente que la brasileña le ofrecía al exvicepresidente $ 2 millones.

Esos mismos $ 2 millones están registrados en otro cuadro nombrado como “reporte de voluntarios”. Allí se lee: V7/2M7L1 (código referido a Glas dentro de la estructura). Ahí se hace un seguimiento de los pagos realizados por la brasileña entre el 29 de noviembre de 2013 y el 19 de marzo de 2014. Es una de las pocas empresas a las que se les anota que ha cumplido todo lo ofrecido.

Incluso en un cuadro bajo el nombre de ‘Empresas JG’ aparecen los nombres de Odebrecht y de De Souza y se explica que el valor ofrecido era $ 1 millón y lo que recibió “JG o L1” es $ 1’100.000. “Entregado efectivo $ 100.000 adicionales a lo ofrecido”, se anota en el recuadro de las observaciones.

Diligencias

La Fiscalía dispuso los horarios y las fechas para las entrevistas que deberá hacer la perita Alexandra Mantilla, quien hará un ‘perfilamiento’ de los roles de los investigados en la trama del caso Sobornos 2012-2016.

A Jorge Glas tenía previsto verlo el viernes en el CRS de Cotopaxi; con la asambleísta Viviana Bonilla, el exlegislador Christian Viteri y Javier Noboa e Ítalo Centanaro dialogará desde el martes. (I)