El Adviento es un tiempo litúrgico de preparación para la Navidad en la tradición cristiana, y comienza cuatro domingos antes de la celebración del nacimiento de Jesús.

Este período tiene un carácter de espera y reflexión, con la finalidad de preparar el corazón de los fieles para recibir al Salvador. Cada uno de los cuatro domingos de Adviento está asociado con una vela en la corona de Adviento, y cada una de ellas tiene un significado simbólico que invita a la reflexión y al fortalecimiento espiritual.

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En 2024, el tercer domingo de Adviento se celebrará el 15 de diciembre.

Significado de la vela color rosada

La tercera vela, que se enciende en el tercer domingo de Adviento, tiene un color distintivo: el rosa. Este color es un símbolo de alegría en medio de la espera. Se le conoce como la “vela de Gaudete”, un término derivado del latín que significa “alegría”. Mientras que las primeras dos velas, moradas, simbolizan la penitencia, el arrepentimiento y la preparación, la vela rosa marca un cambio en el tono litúrgico. En este punto de la espera, los cristianos ya comienzan a sentir el gozo de la cercanía del nacimiento de Cristo, lo que llena de esperanza el corazón de los creyentes.

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Cuántas velas tiene la corona de Adviento 2024 y qué significa cada una de ellas

La luz de la tercera vela indica que la Navidad está cerca, y su encendido invita a un respiro en medio de la contemplación de la llegada del Salvador. Además de ser un símbolo de la alegría de la cercanía de Jesús, este día también llama a vivir la Navidad con una actitud de gozo interior. Es un recordatorio de que, aunque el mundo esté sumido en la espera y la preparación, el cristiano debe mantener una actitud de alegría porque la luz de Cristo está a punto de llegar.

La oración que acompaña este día es una invitación a vivir con un corazón lleno de esperanza, paz y amor, listos para recibir el nacimiento de Jesús. Este mensaje de alegría se extiende tanto en las celebraciones religiosas, donde se ilumina la tercera vela durante la misa, como en los hogares, donde las familias se reúnen para compartir momentos de reflexión y oración en esta época especial. La tercera vela de Adviento es, sin duda, un recordatorio de que la Navidad no solo es un momento de celebración externa, sino también de renovación interior. (I)