El proceso de vacunación avanza en Ecuador y cada vez son más las dosis aplicadas, sin embargo, las medidas de bioseguridad no se deben dejar de lado.

De acuerdo con cifras del Ministerio de Salud, hasta el 7 de junio, en Ecuador había 891.976 personas que habían recibido la dosis completa de las vacunas contra el COVID-19 (dos dosis).

Este proceso es importante para comenzar una reactivación que se ha evidenciado en varios países del mundo como Estados Unidos e Israel, aunque especialistas han detallado que deben estar acompañados de una comunicación eficaz de los riesgos que aún se presentan al no tener un porcentaje alto de población inmunizada.

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Los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC) de Estados Unidos aconsejan que las personas que ya completaron su vacunación pueden reanudar las actividades sin usar mascarilla ni mantener distancia excepto cuando las leyes o normas lo requieran. Esto ha sido cuestionado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que indicó que depende de otros factores el tomar esta decisión en cada país. Uno de ellos es la cobertura sanitaria y el otro la incidencia de los casos, es decir, no solo basta con tener una alta cantidad de vacunados ya que debe haber un periodo de transición entre que disminuyan las infecciones y aumenten las inmunizaciones.

¿Por qué se debe llevar mascarilla aun estando vacunado?

En el contexto de Ecuador, el Ministerio de Salud ha manifestado que es necesario mantener las medidas de bioseguridad aunque se haya vacunado la primera o segunda dosis, es decir, usar mascarilla, lavado de manos y tener distancia física ya que la vacuna no genera una protección inmediata ni total ya que solo impide que se presenten síntomas graves de COVID-19.

Aún se evalúa cuál es la capacidad de contagio de una persona vacunada ya que algunos expertos señalan que el virus puede proliferar en la persona y ser asintomático, así podrá diseminar el virus a otros que no lo estén. En cambio, otros especialistas sostienen que en ellos el virus no debería multiplicarse ni deberían tener la capacidad de contagiar.

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Sin embargo, ambas tendencias coinciden en que hasta que la evidencia lo demuestre se debe seguir usando la mascarilla.

“Pero hasta que no sepamos completamente sobre esto, es importante que las personas, incluso después de la vacunación, tomen precauciones, usen una mascarilla, se laven las manos y mantengan el distanciamiento físico, porque incluso si tienen una infección asintomática y puede que no se enfermen porque recibieron la vacuna, aún podrían portar el virus y contagiarlo a otras personas. Por tanto, debemos asegurarnos de controlar la propagación de la infección”, dijo Soumiya Swaminathan, científica jefa de la OMS. (I)