Al mencionar los tipos de grasas o lípidos, lo más común es relacionarlos con el colesterol y los triglicéridos, que, cuando se mantienen en los niveles correctos, pueden desempeñar funciones de suma importancia para el organismo, lo malo ocurre cuando estos llegan a cifras muy elevadas, reseña el blog Bestprotein.

Dicho de otra manera, según el portal MayoClinic, los triglicéridos deben estar por debajo de los 150 mg/dl, mientras que MedlinePlus afirma que el colesterol no se debe pasar de los 200 mg/dl; de lo contrario, pueden haber problemas de salud.

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¿Qué es más peligroso, el colesterol o los triglicéridos altos?

Ambos tipos de lípidos tienen funciones específicas que son muy necesarias para el organismo; por un lado están los triglicéridos que aportan a la energía, por el otro está el colesterol, cuya participación en la producción de hormonas es determinante, especialmente en el caso de las mujeres. Cuando los niveles están elevados, ambos pueden perjudicar gravemente la salud de la persona, explica Infobae.

30/04/2022. Los microinfartos cerebrales que se producen a lo largo de la vida en las personas desde los 50 o 60 años, a pesar de sus niveles normales de colesterol y triglicéridos, pueden desencadenar en demencias. LA REVISTA, SALUD Foto: Shutterstock

Diferencias entre colesterol y triglicéridos

Colesterol: este lípido puede hallarse en todas las células del organismo y su función abarca la producción de hormonas y vitamina D, también la de otras sustancias que aportan al proceso digestivo.

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Existen dos tipos de colesterol, el bueno (HDL), que se encarga de llevar a estos lípidos al hígado para que los elimine; también está el malo (LDL), que debe estar bajo control, ya que si llega a niveles altos, puede formar una placa que obstruya los vasos sanguíneos.

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Triglicéridos: son otro tipo de lípido y almacenan las calorías no usadas, de modo que puedan proporcionar energía al cuerpo en algún otro momento.

Si estos valores suben demasiado, las arterias se pueden endurecer y engrosarse, generando enfermedades cardiovasculares e incluso inflamación en el páncreas.

Ninguno de los dos muestran síntomas, por lo que una persona puede tener los valores elevados de estos lípidos y ni siquiera percatarse, lo más recomendable entonces es llevar un control médico y hacerse exámenes regularmente para saber si todo está bien o no.

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