James McCallum, un niño nacido en Florida, llegó al mundo con un ‘caparazón’ en la espalda, formado por un defecto genético que no se mostró en los controles de embarazo de su madre.

El pequeño, que cumplirá dos años en agosto, sufre de de nevus melanocítico congénito, un defecto que hace que surja un parche de piel anormalmente oscuro y no canceroso en su piel. Esta condición afecta al 1% de nacimientos en Estados Unidos, pero usualmente el tamaño del parche de piel no supera los dos centímetros.

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En el caso de James, su parche cubría el 75% de su espalda al nacer, por lo que se convirtió en un caso único para los doctores de su localidad.

James McCallum

Kaitlyn McCallum, la madre de James, recuerda el momento en que dio a luz y los doctores se dieron cuenta de que algo le pasaba al bebé. “Era un poco preocupante porque parecía que algo no iba bien”, comenta al medio DailyMail.

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“Antes de que fuera removido, el parche de piel creció rápidamente y se convirtió en un caparazón de tortuga en su espalda”, dijo Kaitlyn. “Llegó al punto en que tuvimos que dormirlo de lado porque no podía apoyar la cabeza porque era muy voluminoso. Era preocupante”, reiteró.

Después de que un dermatólogo pediátrico diagnosticara al bebé, James fue enviado a una resonancia magnética para verificar si la masa había crecido internamente y alterado el cerebro y la médula espinal.

Cuando obtuvo los resultados que aseguraban que todo estaba en orden, los médicos seguieron adelante con dos cirugías importantes para deshacerse de la masa. La primera cirugía fue a sus seis meses, y la segunda a sus nueve meses.

“Estamos muy felices con los resultados” dijo su madre. Después de la cirugía “pudo recostar la cabeza y parecía mucho más cómodo”.

James ahora está recibiendo expansores de piel para ayudar a reemplazar el nevo con otra piel en la espalda y para evitar que vuelva a crecer. Esto implica colocar dos estructuras similares a globos en su espalda que se inyectan con líquido una vez por semana. Estos globos se expanden gradualmente, haciendo que su piel se estire y crezca.

“El médico nos dijo que una vez que se quita, desaparece. Solo va a tener cicatrices que serán mínimas”, comentó Kaitlyn sobre el tratamiento de su hijo. Ella y su esposo esperan que James esté totalmente curado antes de su segundo cumpleaños. (I)