El botox es una de las técnicas más buscadas por las personas que le apuntan al rejuvenecimiento facial, pues permite disminuir la cantidad de arrugas y líneas de expresión que se forman en el rostro con la edad.

Pero ese no es todo el rango de uso del botox. Investigaciones recientes mostraron que la toxina botulínica también sirve para tratar la ansiedad y la depresión u otras condiciones médicas.

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Según un reportaje de National Geographic, esta sustancia ayudaría a combatir afecciones como las migrañas crónicas, la hiperhidrosis (sudoración excesiva), la distonía cervical (afección dolorosa que implica contracciones involuntarias de los músculos del cuello) y la vejiga hiperactiva.

Aún no se aprueba el uso de la toxina botulínica en pacientes con trastornos de ansiedad o depresión, pero se están realizando los ensayos clínicos necesarios.

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La aplicación de la toxina botulínica se realiza con agujas similares para las inyecciones de insulina. Foto: Tomado de areaoftalmologica.com

National Geographic cita un estudio publicado en la revista Toxins, que demostró que el 53% de los hombres y mujeres que buscaban tratamiento para la depresión que recibieron inyecciones de toxina botulínica A en los músculos del entrecejo (los músculos glabelares) experimentaron una mejora significativa en sus síntomas.

De acuerdo a otra investigación publicada en Brain and Behavior, las personas con depresión que recibían inyecciones de toxina botulínica A veían que sus síntomas se aliviaban más rápido que las personas con medicamentos antidepresivos.

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Algunas teorías sobre la relación entre el estado de ánimo y el botox se refieren a que la memoria muscular puede engañar al cerebro al no reflejar un estado de ánimo negativo. Un ceño fruncido o una mueca pueden enviar señales de tristeza o enojo, y el botox reduce esa posibilidad.

También puede darse porque mejora el autoestima de los pacientes que se aplican el botox, especialmente si su depresión estaba ligada a temas estéticos.

Sin embargo, los efectos de la toxina botulínica no son permanentes, ni en el rostro ni en el estado de ánimo. Además, esta sustancia debe ser recetada por un profesional médico y aplicada de la misma manera. (I)