‘Algo está mal si duele al dar de lactar’: Fiorella Benincasa, la médica consultora de lactancia, va a los hospitales o a las casas para asistir a las madres

Nota del editor: Este 1 de mayo se conmemora el Día Internacional del Trabajo, por ello ofrecemos una serie en la que contamos historias de hombres y mujeres que se desempeñan en oficios no tradicionales o de reciente impulso. Con un diplomado en Lactancia para Neonatos, Fiorella Benincasa, de 32 años de edad, se abre campo en su carrera de doctora en medicina general como especialista en lactancia materna . Lo hace trabajando de manera independiente. Atiende a las madres en sus domicilios o en los hospitales, en un país donde aún las mujeres participan menos del mercado laboral respecto de los hombres pese a que su proporción en las aulas universitarias es mayor.Los últimos cálculos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) muestran que hay 6′822.898 mujeres en edad de trabajar (de 15 años o más) en Ecuador en marzo pasado . El 52,4 % de ellas conforman el mercado laboral porque trabajan o buscan empleo, es decir, son parte de la Población Económicamente Activa (PEA).Pero la participación de los hombres que están en la PEA es del 79 % de los que tienen edad para trabajar en marzo último. Fiorella escogió su especialización ante los mitos que existen en torno a la lactancia materna, situaciones que las madres enfrentan, como ella misma experimentó cuando lo fue a sus 25 años. Sufrió una cadena de eventos. Su bebé tenía frenillo lingual corto (que limita la movilidad de la lengua) y no fue detectado a tiempo, cuenta: “Cuando pasa eso no hay una buena alimentación, el bebé siempre estaba tenso, no dormía, tenía reflujo”. Esto es algo, añade, de lo que no se habla habitualmente. “ Hay muchos mitos alrededor del posparto. Yo aun siendo médico había muchas cosas que no tenía claras porque nunca nos habían enseñado ”. Es una realidad que observó también en la rural, en el último año de sus estudios de Medicina, en los clubes de lactancia que hay en los centros de salud. Allí detectó un vacío de información, un nicho, una necesidad sobre todo de las madres primerizas de cómo cumplir con la lactancia de manera óptima . Había una demanda de las madres de atención especializada en lactancia materna.Al principio, como todo joven, Fiorella no tenía claro en qué especializarse. “A medida que avanzas en la carrera, vas viendo a qué te inclinas, siempre me gustó la parte de las mujeres y los bebés”. Luego, al ser madre se percató de que no había quien cuide la conexión entre el bebé y su progenitora: “ Siempre se va al ginecólogo por algo del embarazo y al pediatra por algo del bebé, pero no hay alguien que haga el enlace entre esas dos profesiones ”.Entonces, tras graduarse como doctora en Medicina General, Fiorella siguió primero un curso de asesora de lactancia, hizo la especialidad para obtener la certificación y después el diplomado en Lactancia para Neonatos.Así labora independientemente y no engrosa la tasa de desempleo que en las mujeres llega al 4 % en marzo, mientras que la de los hombres es del 2,8 %.El INEC registra 289.156 desempleados en marzo último , de los que casi la mitad (49 %) son mujeres , un total de 142.344 pese a que en proporción participan menos del mercado laboral.Fiorella tiene un criterio claro sobre la política que debe existir en torno a la lactancia. Indica que las campañas ya no deberían centrarse en los beneficios, sino en enfrentar los mitos con recomendaciones sobre cómo hacerla efectiva. “Ya todos sabemos los beneficios de la lactancia, pero no sabemos cómo hacerla posible, hay que empezar a educar a las nuevas generaciones de cómo hacer posible la lactancia ”.Fiorella es consultora de lactancia certificada por la Junta Internacional de Examinadores de Consultores de Lactancia, un organismo de acreditación internacional creado en marzo de 1985. Al 2025 hay más de 38.000 consultores especializados en este tema a través del programa IBCLC (por sus siglas en inglés) en 136 países. La misión, indica en su sitio web oficial, es brindar atención experta en lactancia materna para ayudar a reducir los riesgos de no amamantar.Uno de los objetivos de Fiorella en su trabajo particular es desmitificar la lactancia, dice.Hay pediatras y ginecólogas que también son consultoras del programa IBCLC, pero justamente al tener esta especialidad médica la consulta no gira específicamente en torno a amamantar. “Sí responden dudas, pero no se hace un enfoque especializado como tal”, asegura Fiorella. Uno de los más grandes mitos es que si el bebé tiene dificultades en el pecho, no hay una buena producción de leche y se acude a la fórmula. En realidad, dice, si no hay una buena producción de leche se debe buscar la causa. Hay varias razones: “Puede ser algo endocrino, es decir, de las hormonas, el estrés o alguna patología que la mamá ya tiene, pero no sabe que se relaciona con la baja producción de leche”. Otra causa es algo particular en la anatomía orofacial del bebé, en su musculatura. Los factores son múltiples, pero la práctica habitual es que si no se tiene leche se acude enseguida a la fórmula, afirma Fiorella.“ Y sí, la fórmula es una herramienta muy útil y obviamente también nutre al bebé, pero no tiene todas las células vivas de la leche materna ”. La producción de leche es parte de un proceso. No es que nace el bebé y la leche surge a borbotones. “Hay que saber esperar”. “Lo de los remedios caseros para aumentar la producción de leche encaja también en lo de los mitos, porque no hay nada científicamente comprobado, si no, fuera muy fácil la solución del tema”, afirma Fiorella.Pero sí hay opciones que pueden provocar un efecto placebo que hace que la mamá empiece a sentir que produce más leche, agrega, pero siempre la producción va a estar regulada a base de la demanda. Mientras más salga leche, más se produce. “Para esto necesitamos al bebé o un extractor que saque leche de forma eficiente para mantener la producción”, indica.La lecha materna, explica, no se acaba de un día para otro. “Por lo general, algo falla en el vaciamiento de los pechos que hace disminuir eventualmente la producción ”. “Cuando los bebés nacen prematuros puedo ayudar a las mamás a igual tener una lactancia exitosa, porque muchas veces se piensa que cuando los bebés nacen prematuros ya la lactancia pasa a segundo plano, cuando más bien esa es la forma de involucrar a la mamá en los cuidados”.Un recién nacido ya viene con el instinto de amamantarse y él mismo va mejorando su forma de alimentarse, aunque esto último depende de la edad del bebé: “No es lo mismo uno que nace a las 32 semanas prematuro a uno que nace a las 39 semanas a término”.Todo va a depender de la madurez digestiva y de sus músculos: “L a succión se inicia desde la semana 32 aproximadamente en la barriga de las mamás , por eso en las ecografías podemos ver que los bebés a veces succionan su dedo pulgar, ahí empiezan a practicar”.Cuando los bebés comen hacen un gasto calórico, por lo que si como prematuro se lo pone a practicar demasiado tiempo en el pecho, esto puede implicar que no gane peso adecuadamente.“Por eso hay que valorar, es un todo, pero ahí entro yo como conexión con la mamá para ver qué necesita y cómo puede también ser parte de los cuidados del bebé”, asegura Fiorella. Un mito frecuente es que alimentar a los bebés con leche materna duele, lo que está alejado de la realidad. Aquello indica que no se hace de manera óptima, afirma Fiorella, que algo pasa.La recomendación es reconocer ciertos signos de alarma de que la lactancia no fluye de manera óptima. Los primeros días se puede valorar que el bebé haga sus deposiciones y orine frecuentemente, lo que indica que se mantiene hidratado. A la primera semana, los bebés siempre pierden peso, pero esa pérdida debe estar dentro de los rangos adecuados. “No pueden perder más del 7 % al 10 %, todo eso da una pauta en los primeros días”.Pero lo más importante, dice Fiorella, es que no haya dolor en la mamá. “Si hay dolor, algo está pasando. Y no hay que acostumbrarse a ello. Duele cuando hay un mal agarre, que lleva a un mal vaciamiento y eso va a terminar en una baja producción si continúa por mucho tiempo y no se corrige”, asegura la especialista.Al darse un agarre erróneo, agrega, “puede haber hasta pérdida del tejido y sangre”. Incluso se pueden valorar las condiciones odontológicas del recién nacido. “Ver, por ejemplo, si tiene un frenillo corto abajo de la lengua que no le permite el movimiento para poder succionar adecuadamente”. Desde su experiencia, Fiorella recomienda que lo ideal es tener una consulta prenatal con la embarazada para que empiece el aprendizaje sobre cómo va a ser el proceso de la lactancia. La consulta es en el domicilio de la embarazada o en el hospital. “Lo ideal son tres consultas (una en la etapa prenatal y una o dos durante las primeras semanas del recién nacido). Hay mamás que con la consulta prenatal es suficiente y otras que necesitan más apoyo y seguimiento, según el caso”. Por ejemplo, dice Fiorella, se requieren más consultas en los bebés prematuros o cuando ha pasado mucho tiempo desde el inicio de las dificultades y estas se van acumulando. “Mientras más rápido acudan, siempre será más rápida la solución”, afirma.Hay que reconocer las señales de hambre de los bebés. “Un bebé con mucha hambre está tenso, las extremidades se contraen, los puños se cierran, se pone rojo, llora y se llena mucho de gases”, explica Fiorella.Cuando hay un buen agarre y una alimentación frecuente, “el bebé después de tomar del pecho se va a relajar, duerme, hace sus deposiciones y el meconio, que es el primer popó, va a empezar a cambiar de color rápidamente”.El calostro, la primera leche que sale, sirve como purgante, afirma Fiorella, limpia los intestinos del meconio, que es el popó negro. “Son células de desecho muertas que ha tomado el bebé en el líquido amniótico, entonces con la limpieza del intestino cambia el color en los primeros días”.La leche materna tiene las inmunoglobulinas, enzimas, proteínas y va cambiando su composición, evoluciona a medida que el bebé va teniendo diferentes necesidades, dice Fiorella.La Organización Mundial de la Salud recomienda que las madres deben dar de lactar al menos durante los primeros dos años de vida. “Está comprobado que los bebés se pueden destetar solos y dejan el pecho hasta los 4 o 5 años”. La lactancia, afirma Fiorella, tiene que ser algo positivo también para la mamá. “Si tenemos una mamá agobiada, irritada, frustrada, desesperada, no tenemos una mamá que está disfrutando el vínculo con su hijo”. La lactancia puede dificultarse a largo plazo por el involucramiento de las mujeres en el mercado laboral. Hay dispositivos para extraer la leche materna, “pero no siempre lo que más se promociona es lo mejor”, asegura Fiorella. Ella recomienda que se escoja el extractor con la talla adecuada para que drene toda la leche y no se detenga la producción de leche. Y la prueba del talón durante el primer mes de vida indica si el recién nacido viene con problemas metabólicos.“Al tener un diagnóstico en esa prueba, ya sabemos que hay que dejar de dar leche materna y reemplazar con una especial que no tenga ciertas enzimas para que el bebé lo pueda metabolizar”. Fiorella dice que con el paso del tiempo va teniendo más demanda de pacientes. “Cada vez se conoce más esta profesión y se busca más apoyo. En mi caso, ya tengo bebés que van al jardín ”, dice, ya que lleva cuatro años con las consultas a domicilio o en los hospitales. (I)

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