¿Sientes la necesidad de beber un vaso de agua poco después de haber comido un paquete de papas fritas, un tazón de canguil o un puñado de maní? Esa es una clara señal de que tu refrigerio estaba salado, lo cual no es necesariamente algo malo.

La sal es un requisito necesario para comer, y no por el sabor”, dice Pippa Hill, nutricionista y fundadora de The Weight Loss Guru. “Consumido en pequeñas cantidades, el sodio ayuda a la conducción de los impulsos nerviosos, la contracción y relajación muscular, y ayuda a mantener el equilibrio de agua y minerales”.

La falta de sal puede provocar calambres musculares, náuseas, fatiga y mareos. Sin embargo, consumir más de 6 gramos al día puede ser perjudicial para su salud, dice Hill a DailyMail.

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Esto puede provocar presión arterial alta. “La hipertensión es una afección en la que la presión arterial permanece elevada con el tiempo, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y circulatorias”, dice Olivia Burley, nutricionista del Programa de Prevención de la Diabetes del NHS.

Si experimenta alguno o todos estos síntomas, siempre es mejor consultar a un médico.

1. Dolores de cabeza

La deshidratación causada por el consumo excesivo de sal puede provocar fuertes dolores de cabeza.

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“Estos dolores de cabeza tienden a ser más dolorosos que uno leve, dando una sensación palpitante a medida que se expanden los vasos sanguíneos”, dice Hill. “Tienden a aparecer entre una o dos horas después de haber comido, ya que los niveles de sodio aumentan en el cuerpo”.

2. Pies y manos hinchados

También conocida como edema, la hinchazón de los dedos, los tobillos o los pies puede ser una reacción tardía a un pico de sodio. “Cuando se consume demasiada sal, el cuerpo retiene el exceso de sodio y aumenta el líquido fuera de las células”.

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La hinchazón puede ocurrir más cuando se está sentado por mucho tiempo o en viajes largos.

3. Presión arterial alta

“La sal es la causa principal de la presión arterial alta”, advierte Hill. También llamada hipertensión, si no se trata puede aumentar el riesgo de problemas graves como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

4. Micción frecuente

“La sed excesiva es una respuesta común al consumo de alimentos salados y, naturalmente, conduce a un aumento en el consumo de líquidos, lo que provoca una micción excesiva”, dice Burley. Al enviar la señal de que necesita beber mucho, el cuerpo tiene como objetivo eliminar el exceso de sal. Lo que provocaría la necesidad de orinar más seguido de lo usual. (I)