El limón ha estado ligado con el uso médico, característica que se ha incrementado debido a sus propiedades a la hora de controlar la presión arterial. Según advierte la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el uso del jugo de limón se ha relacionado con la hipertensión, principal factor de riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Un grave problema que afecta a más del 30 % de la población adulta en todo el mundo y quienes la mitad desconoce que la tienen, explica la OPS.

Existen algunos estudios llevados a cabo por la Universidad de Concepción, que han probado que el limón es capaz de bajar la presión arterial, tal y como recoge la revista Panorama Udec, perteneciente a la propia Universidad.

Durante el estudio se hizo seguimiento a 506 pacientes hipertensos y se llevó a cabo una investigación piloto con cinco personas para evaluar el efecto del jugo de limón ante una subida de presión arterial. Así, la encuesta evidenció que el 95,2 % de quienes integraron la muestra alguna vez tomó jugo de limón ante un episodio de hipertensión y que logró mejoría en media hora. Por ello, los investigadores explican que la vitamina C y los polifenoles de limón ayudan en el control de la hipertensión.

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El limón puede convertirse en un gran aliado al momento de sufrir de hipertensión. Imagen: Pexels

Los expertos aseguran que el limón tiene un potente efecto que favorece la eliminación de la rigidez de los vasos sanguíneos. De hecho, la Fundación Española del Corazón destaca que esta fruta es «antioxidante y depurativa, ayuda a eliminar la rigidez de los vasos sanguíneos, lo que contribuye a prevenir la hipertensión».

Asimismo, el jugo de limón contiene vitamina B, que permite reducir los problemas de insuficiencia cardiaca, enfermedad crónica y degenerativa del corazón. Gracias a su cáscara, mezclada con perejil, funciona como diurético. Los dos alimentos permiten bajar la inflamación producida por los líquidos retenidos en el cuerpo, lo que beneficia a una mejora en la presión arterial alta. (F)