Si la comida es tu válvula de escape más recurrente para soportar la ansiedad y el estrés, debes revisar tu relación con la alimentación. En palabras directas, el hambre emocional es utilizar la comida para sentirse mejor, explica Alfemminile.

Todos, en algún momento, hemos comido más de lo que realmente necesitamos, o queríamos, pero para hablar de hambre emocional hay que tomar en cuenta la frecuencia y repetición de esta conducta. Bajo esa condición, las emociones negativas se compensan con la ingesta de alimentos.

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Recuerde que su salud es importante, trate de no enfocarse solo en lo inmediato sino también en las consecuencias de una sobrealimentación prolongada. Foto: nicoletaionescu

Cómo saber si tengo hambre emocional

Hay varios signos que nos avisan si estamos ante este tipo de conducta negativa: El apetito se potencia cuando se está triste o deprimido. La persona nunca se siente satisfecha ni llena y sigue comiendo sin poder parar. Frente a emociones negativas, recurre más a esta salida.

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El consumo de grasas saturadas y sobre todo en exceso, aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Foto: Taras Grebinets

En este tipo de problemas, se desarrolla el deseo por alimentos particulares, como la comida chatarra y los dulces. Una vez que ha ingerido estos alimentos, se siente culpable. A quienes siguen este comportamiento, les cuesta expresar sus emociones. (I)

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Puede ser necesaria ayuda psicológica para romper la correlación entre el hambre y el nerviosismo. Foto: Clicknique



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