El problema de la pérdida visual a consecuencia de la diabetes es una preocupación, en especial en los países latinoamericanos, ya que la incidencia y la prevalencia de diabetes es altísima en la región.

Cualquier persona que viva con diabetes está en peligro de perder la visión, sobre todo aquellas que tienen un mal control de azúcar. “Pero hay algunas complicaciones que pueden presentarse a pesar de tener un buen control de la glucosa en pacientes que viven con diabetes”. Entre esas complicaciones se destacan dos que son irreversibles.

El edema macular diabético. Esta es la principal causa de ceguera irreversible en pacientes con diabetes, y es la primera causa de ceguera en personas en edad laboral, tal como menciona el doctor Sebastián Arellano, cirujano oftalmólogo. Lo más común es que ocurra entre los 40 y los 60 años, en gente económicamente activa que sostiene a la familia. Esto los limita para trabajar, pero también para valerse por sí mismos, cocinar, conducir, reconocer a las personas y leer los nombres de los medicamentos que deben consumir para controlar la diabetes.

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Asista al oftalmólogo una vez al año, aunque no tenga síntomas. Foto: Shutterstock

“Hay personas más jóvenes, incluso adolescentes, que pueden llegar a tener ceguera”, dice Arellano. Esto ocurre, sobre todo, en el contexto de la diabetes tipo 1.

El edema macular es una pérdida gradual de la visión. Puede presentarse en un ojo o en ambos, al mismo tiempo o en sucesión; algunas personas se darán cuenta de inmediato, al empezar a ver distorsionado o con manchas. Pero en otros solo será en un ojo, paulatino. “La gente se acostumbra a ver mal —explica Arellano—, y un ojo puede estar perdido; pero, si el otro no está dañado, ni siquiera lo notarán”.

La clave, dice Arellano, es la prevención. Si usted sabe que tiene diabetes, debe acudir al oftalmólogo por lo menos una vez al año, aunque no tenga ningún síntoma. El médico verá si hay algún problema, qué tan avanzado está y si es posible darle tratamiento.

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La retinopatía diabética, que aparece por daño en los vasos sanguíneos del tejido ubicado en la parte posterior del ojo (retina). Se manifiesta como visión borrosa, áreas oscuras en el campo visual y dificultad para percibir los colores.

Las dos enfermedades pueden recibir tratamiento. La retinopatía, por ejemplo, puede tratarse con cirugía láser. Los casos leves se beneficiarán de un control riguroso de la diabetes. “Pero en la mayoría de las ocasiones son para frenar el avance de la enfermedad, pues la diabetes no tiene cura”.

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El anticuerpo monoclonal faricimab es terapia de última generación para el tratamiento de la degeneración macular. Foto: Shutterstock

Sin embargo, en el caso del edema macular diabético, hay terapias que permiten frenar la enfermedad y, en algunos casos, revertirla. Se usa el anticuerpo monoclonal faricimab, terapia de última generación para el tratamiento de la degeneración macular y, por tanto, del edema macular diabético. “Si son diagnosticados y tratados a tiempo, pueden recuperar parte de la visión que ya perdieron”.

Es una terapia efectiva, independientemente de la edad, y hay un ligero beneficio adicional para quienes llevan un mejor control de azúcar, pues esto retarda la evolución de la enfermedad en los ojos.

  1. Controle su diabetes, haga ejercicio, tome sus medicamentos de forma correcta y en el horario que le han prescrito.
  2. Asista al oftalmólogo una vez al año, aunque no tenga síntomas. Es posible que, aun con un buen control, desarrolle complicaciones.

El tiempo de evolución de la diabetes es un factor de peso. “Por muy bien controlada que esté el azúcar, mientras más años se vive con la enfermedad, se va generando daño crónico muy lento en los vasos sanguíneos de todo el organismo, incluidos los de los ojos. “Una estadística muy general es que el 90 % de los pacientes con diabetes va a tener algún grado de daño en los ojos después de vivir 20 años con ella“.

El médico hará un fondo de ojo, y puede optar también por estudios complementarios, como la fluorangiografía (se introduce un colorante por la vena y se toman imágenes para ver el contraste que hace ese colorante en los vasos sanguíneos) y el OCT o imágenes con láser del interior del ojo.

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Otras afecciones son el glaucoma y las cataratas. Las personas con diabetes tienen más probabilidades de sufrir de glaucoma que los que no tienen esta enfermedad. Mientras más tiempo con diabetes, más común el glaucoma, asegura la Asociación Americana para la Diabetes, cuyo presidente actual es el médico ecuatoriano Guillermo Umpiérrez.

El glaucoma ocurre cuando la presión crece en el ojo. La presión aprieta los vasos sanguíneos que llevan sangre a la retina y al nervio óptico. La visión se pierde gradualmente, porque la retina y el nervio se dañan. Hay varios tratamientos con glaucoma con fármacos para reducir la presión en el ojo y también con cirugía.

Muchas personas sin diabetes tienen cataratas, pero con el azúcar alta aumenta el riesgo de desarrollar esta condición visual. Las personas con diabetes también tienden a tener cataratas más jóvenes y la progresión es más rápida. Con cataratas, el lente del ojo se nubla y se bloquea la vista.

Para ayudar a tratar las cataratas, puede ser necesario usar gafas de sol más seguido; y, si se usan lentes, que tengan antirreflejos. Cuando las cataratas interfieren seriamente con la visión, los doctores usualmente remueven el lente natural del ojo y lo reemplazan con uno artificial. Una complicación extra: en gente con diabetes, la retinopatía puede empeorar después de remover el lente, y el glaucoma puede empezar a desarrollarse. (I)