En 2019, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), cinco de las diez principales causas de fallecimientos en Ecuador se relacionan con los malos hábitos alimenticios: alto consumo de alimentos azucarados, altos en grasas y sedentarismo.
En términos globales, la ONU estableció que la obesidad en 2022 afecta a 650 millones de adultos, 340 millones de adolescentes y 39 millones de niños. Produciendo así que uno de los factores más preocupantes para los sistemas de salud de todo el mundo sean el sobrepeso y la obesidad.
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El sobrepeso incrementa el riesgo de enfermedad cardiaca, diabetes y algunos tipos de cáncer. Pero si bien esas parecen amenazas lejanas, el hecho es que en el presente afecta la calidad de vida, aunque la persona sea joven y se sienta saludable.
Muchos recurren a una dieta pobre para salir de la obesidad, pero esto solo contribuye a ganar peso. Una de las causas también sería la edad, pues a medida que sumamos años es más fácil subir las libras.
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Una reducción de peso lenta es mejor que una pérdida rápida en pocas semanas, porque esta última no la podrá mantener, explica el doctor Walter Willett, de la Escuela de Salud Pública T. H. Chan, de Harvard.
¿Cómo mejorar los hábitos?
Médicos y nutricionistas coinciden en que para llevar una vida sana hay que respetar tres pilares básicos: alimentación, ejercicio físico y cuidado emocional para mantener niveles saludables de músculo y grasa corporal, junto con una estabilidad hormonal necesaria para el funcionamiento del cuerpo.
Para colaborar en el cuidado de estos tres aspectos fundamentales, la doctora Eloísa García Velásquez sugiere una consulta con un profesional certificado en nutrición y también con psicología, debido a que nuestra relación con los alimentos no debería ser tan dañina que afecte la autoestima.
Un apartado especial se lo lleva uno de los factores más importantes para mantener el cuerpo en equilibrio. El estrés incrementa los niveles de una hormona clave: el cortisol. Esta se libera ante situaciones que nuestro cerebro percibe como amenazas, por lo que hay que regularlo con alimentación equilibrada, evitando la cafeína y una dieta rica en omega 3.
También se encuentra Fattaché, un suplemento dietético natural basado en chitosan, una fibra derivada de la quitina que se extrae de las cáscaras, caparazones o exoesqueletos de algunos crustáceos, utilizada para atrapar la grasa ingerida. Un representante de la marca indica que esta evita que el cuerpo la absorba con un efecto saciante ideal para planes de alimentación.
Especialistas de Clínica Mayo señalan que generalmente, cuando se sigue una dieta, “se reduce la ingesta de carbohidratos y grasas, y se aumenta la cantidad de proteínas: carnes blancas, pescados, legumbres y huevos o con la ayuda de suplementación proteica. Esto puede ayudar a perder peso rápidamente, ya que las proteínas son saciantes y pueden aumentar el metabolismo, lo que favorece la quema de calorías. Sin embargo, si después de seguir esta dieta restrictiva no se mantienen hábitos de vida saludables, como una alimentación equilibrada y la práctica regular de ejercicio, es probable que se produzca el efecto rebote”.