El 18 de septiembre, el ciudadano chino Wang J. fue detenido por la Policía en el área de preembarque del aeropuerto internacional José Joaquín de Olmedo, en Guayaquil, tras el hallazgo de una carga inusual en su equipaje, según la Fiscalía: 213 caballitos de mar (Hippocampus), una especie de pez en riesgo.

Hoy, pasadas las 11:00, se instaló la audiencia de procedimiento directo (que concentra todas las etapas del proceso), en la que se juzgaría a Wang por un delito contra la flora y fauna, que se sanciona con hasta tres años de cárcel, según el Código Orgánico Integral Penal (COIP). No obstante, el juez Marco Torres suspendió la diligencia.

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Una fuente del Ministerio del Ambiente indicó extraoficialmente que el judicial solicitó que se recopile más información del caso.

El ciudadano chino, quien goza de una medida sustitutiva a la prisión preventiva —presentarse cada lunes en una oficina de la Fiscalía—, tenía previsto viajar a Ámsterdam, Holanda.

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En febrero pasado, los medios de comunicación digitales Mongabay y Diálogo Chino publicaron un informe en el que se revelan detalles del tráfico de caballitos de mar desde México hacia Pekín, Hong Kong y Shanghái. Información que ayuda a entender la dinámica adversa para esa especie.

“Actualmente China continental es el mayor consumidor de caballito de mar, un tipo de pez con una demanda estimada de 500 toneladas al año, según la organización de conservación marina Project Seahorse, dedicada a la conservación de esta especie. Estos se trituran y se toman en sopas o en vinos para mejorar problemas de riñón y para equilibrar el Yin-Yang y así tratar la impotencia masculina y la infertilidad femenina en China”, se lee en la publicación de los sitios de internet.

No es la primera vez que un ciudadano de nacionalidad china está involucrado en un caso de tráfico de especies silvestres en Ecuador.

EL UNIVERSO publicó el 15 de septiembre de 2019 la investigación ‘Tortugas bebés Galápagos, sacadas de islas por mar a Perú', que detalló cómo se recolectaban tortugas e iguanas de las islas, las transportaban a Guayaquil en un compartimento de un barco y posteriormente viajaban por vía terrestre a Lima, Perú. La red de tráfico de especies la dirigía un ciudadano chino, alias Antonio, con la ayuda de uno de los procesados, según las investigaciones de Fiscalía y fuentes consultadas.

Un 13 % de las denuncias por delitos contra la flora y fauna llegó a sentencia en los últimos siete años

Cuatro personas fueron procesadas: un guardaparques y tres individuos relacionados con actividades de pesca. Ellos tienen que comparecer este 28 de octubre en una audiencia de juzgamiento.