Se cerraron las olimpiadas, y los ecuatorianos estamos orgullosos de los éxitos conseguidos por nuestros representantes. Y, al escucharlos, hemos sentido la necesidad de brindarles un mayor apoyo por el esfuerzo que han realizado. ¿Pero qué hubiera pasado si no hubiesen triunfado? ¿Los estaríamos escuchando de la misma forma?