El concepto que tenemos del perfeccionismo no habla muy bien de la persona que posee este rasgo de personalidad. Usualmente la caracterizamos como alguien que siempre quiere hacer las cosas de una manera completa y perfecta en todos sus detalles, imponiéndose objetivos casi imposibles de alcanzar y frustrándose (y criticándose mucho) al no poder conseguirlos.