No quiero que piensen que tengo ínfulas de historiador, pero nuestro tema de portada sobre la convivencia pacífica sí me transporta a diversas épocas de mi vida, incluyendo la neoyorkina. El asunto comenzó en nuestro Zoom revistero, definiendo temas dominicales, y el alboroto fue unánime porque todos teníamos historias traumáticas que contar. Si no era la inseguridad, era el ruido, o la mala educación, la población canina y muchos etcéteras.