Aunque en la actualidad estamos viviendo un espacio de aparente tranquilidad, los efectos de la pandemia en nuestro equilibrio emocional todavía marcan nuestro diario vivir. Seguimos viviendo con la guardia alta, inhibiéndonos de socializar abiertamente o de asistir a eventos multitudinarios; cada salida que debemos realizar la calificamos rigurosamente antes de llevarla a cabo, tomando todas las precauciones que aprendimos durante este año y medio de crisis.