En el canto VI de La Ilíada (versos 201-203) Homero nos cuenta el sufrimiento de Belerofonte, quien al parecer ha sido víctima de la cólera de los dioses: “Pero cuando también aquel se hizo odioso a todos los dioses,/ por la llanura Aleya iba, vagando,/ devorando su ánimo y eludiendo la huella de las gentes”. El drama de Belerofonte es que él no se explica por qué los dioses lo han condenado a llevar a cuesta esta sensación de tristeza y abandono, este vagar en soledad, lejos de los humanos. No solo que no había incurrido en ninguna falta contra ellos, sino que él había vencido todas las pruebas a las que había sido sometido, como el haber vencido a la Quimera y frustrado emboscadas.