“Me conmueve mucho el dolor ajeno. Vi las noticias, el drama horrible, desgarrador, no podía reaccionar. Hasta anoche que me dije: ¿Qué hago Dios, de qué manera ayudo a esta gente que viene de provincia”, cuenta Jacqueline Matute, una guayaquileña de 56 años que hoy, 1 de octubre de 2021, llevó almuerzos y fruta a los familiares de los presos fallecidos el martes, en el más reciente capítulo de horror carcelario en el país.