Pocos carros circulaban por Guayaquil la mañana de este 1 de enero. No obstante, locales emblemáticos de venta de encebollado atendían a cientos de comensales que llegaban en busca del tradicional plato para combatir la resaca. Decenas hacían fila con ollas para llevar a sus casas y otros se instalaban en las mesas.