Con un poco de nostalgia, pero eso sí con el triple de orgullo por haber protagonizado la escena guayaca de teatro en formato breve, se despide Vilaró Restaurante y Teatro, tras cuatro años de ofrecer en el sector de la vía a la costa una cartelera de humor y entretenimiento con alrededor de 80 obras de teatro, 40 stand up y tributos, así como 500 noches de música.
Su último día de actividades es este sábado 19 de marzo, con su última función de microteatro y un triple show musical que animará a su público fiel hasta las 01:30. “Vamos a celebrar brindando y cantando con alegría y por lo alto agradeciendo esta comunión que pudimos tener con 4 años maravillosos”, exalta la directora del espacio, Alejandra González.
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“El cierre de Vilaró se debe a una decisión familiar”, cuenta González. “Nosotros como familia tenemos otro emprendimiento (el restaurante Gentile Carnes & Pastas) y hace algunos meses que se había tomado esta decisión, que no fue fácil. Queríamos intentarlo todo, ir por más”, explica. “Antes de reabrir el año pasado, y empezando en pandemia, se hicieron una serie de reformas (en la infraestructura) queríamos seguir, que Vilaró no cerrara”.
Lo que va a ocurrir ahora con el espacio es incierto, porque el local forma parte del centro comercial Laguna Plaza (km 12,5 vía a la costa). “Creo que seguramente vendrá otro emprendimiento rápidamente, porque dejamos un local muy buen puesto. Esperamos que sea de total agrado de la gente del sector y le deseamos lo mejor, por supuesto”.
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Los fundadores de Vilaró atesoran en esta despedida incomparables recuerdos que también marcaron hitos en la escena cultural de Guayaquil.
“Nosotros abrimos con dos salas y gracias al auge del microteatro, a mediados de 2018 en adelante, tuvimos dos salas más que luego las transformamos en una multisala”, ilustra la directora.
En ese espacio se celebraron de miércoles a sábados, desde el 20 de diciembre de 2017, cenas shows “un producto espectacular y muy poco visto en lo que tenía que ver con microteatro, con tiques agotados y sirviendo a la vez platos a la carta a más de 50 personas”.
Uno de esos shows fue el de Ernesto Acher un compositor, humorista, multi-instrumentista y director orquestal, más conocido como uno de los integrantes de Les Luthier. Los sketches de los renombrados cómicos David Reinoso, Flor María Palomeque, la Mofle y Tomás Delgado, la Vecina, también desfilaron en las salas de Vilaró con fechas sold out, añade Alejandra. “Podemos sumar a José Luis Arévalo, una cena que se repitió varias veces porque se agotaba”. Así como otros grandes exponentes de la actuación.
Entre los reconocidos talentos que animaron las noches teatreras de Vilaró, González también quiere destacar a escritores y guionistas que fueron parte de la casa, como Churo Aveiga, Mónica Carriel, Ronald Bustamante, Ernesto Landín, José Rengifo. Y entre los directores, Fabo Doja, Santiago Carpio, y en especial a Luis de Sousa y Jeff Nieto, resalta la gestora del lugar, que pusieron su marca en estos cuatro años.
La gran despedida de Vilaró empieza este jueves 17 y termina el sábado 19 de marzo, con las últimas funciones de microteatro La madre que nos parió, con la actuación de Karen Peláez y escrita y dirigida por Jeff Nieto. Se trata de un monólogo que aborda los aspectos que viven las mujeres durante la maternidad. Entradas: $ 7.
En el espacio denominado ‘patio artístico’ se perfilan Andrés Garzón y Jomahira Ganchozo con la obra Con mi ex no hay paraíso. Este viernes 18 a las 22:30. Entrada $ 10. A las 23:30 el lugar en cambio se encenderá con la música en vivo de Neneica Luzardo.
El sábado solo habrá puestas en escena de microteatro, en los horarios habituales 19:30, 20:30 y 21:30. A todos los que compren entradas para las obras de teatro breve, en cualquiera de las fechas, se les ofrecerá una copa de vino de la casa.
Finalmente, el sábado celebrará su último show musical con triple presentación, que cierra a la medianoche con Maleny Rondón, artista de la casa.
Si Vilaró continuará sus actividades en otros escenarios, Alejandra dice que no, por lo pronto. “Hemos aprendido a decir nunca digas nunca, pero no está en los planes continuar en ningún otro punto de la ciudad”.
En ese sentido, González aprovecha para puntualizar que es su deseo que en Guayaquil siga creciendo el interés por las actividades artísticas. “Hay que culturizar a los niños desde pequeños, llevarlos al teatro para que se despierte ‘ese bichito’. Y segundo, que haya más apoyo de las autoridades a la comunidad artística en general para fomentar eso y generar nuevos espacios”.