Juan José Avilés se acercó a la escritura en un momento ‘fatalista’ de su vida. Era el 2018, por primera vez viajaba en avión, y pensaba que se iba a morir. Su pánico a las alturas fue tanto que antes del viaje escribió un testamento, en el que especificaba que sus guitarras se quedaban con su mejor amigo. “Cuando estaba por tomar el avión ya había hecho todo lo que me calmara la ansiedad, ya había escuchado música, ya había visto series por el celular, ya había hecho todo, y fue cuando dije voy a empezar a escribir”, cuenta.
Su primer texto fue Poema para antes de morir (o volver a nacer), hoy incluido en su primer libro titulado Anacrónicas uniones. «Me fui y viví la larga fila del adiós… había gente de todos lados. No eran felices. Tampoco tristes. En algunos había desesperación», se lee en un fragmento de este escrito.
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Al regresar de su viaje empezó a escribir mucho más, hasta convertirse en columnista de este Diario, bajo el pseudónimo de Juanjo. La redacción de su libro tuvo su detonante y clímax en la pandemia, cuando su vida fue sorprendida por algunas noticias inesperadas. “Me diagnosticaron epilepsia en el encierro y sufrí un bajón y depresión. Llegó un momento en el que dije que todo tenía que ser para la posteridad, dije: ‘Si en el algún momento ya no estoy, y me voy antes de lo que quisiera quiero que la gente me reconozca por algo que es realmente mío’”, relata.
A través de la escritura ha encontrado maneras de expresar palabras que en persona no habría podido hacerlo. Lo hace con el poema Cementerio, dedicado especialmente a sus abuelos que ya no están. «Me hubiera gustado tener más tiempo… más tiempo para vivir a los demás», dice una parte de este preciado texto.
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El título del libro la tomó de una extensa canción de Fito Páez llamada La casa desaparecida, en la que habla del ego, la identidad argentina y las etiquetas; en una parte de su tema dice: anacrónicas arengas, melancólicas uniones. El anacronismo se refiere a algo que no corresponda con la época a la que hace referencia, algo con lo que Avilés se siente identificado. “Yo siempre fui esa persona, que tuvo amigos mayores, 20 años mayores que yo. Nunca sentí que encajaba con la gente de mi edad... pero al final todo somos una unión de eso”, afirma.
Y es que su libro es como una especie de introducción a su universo personal, es una puerta abierta a conocer más de su forma de pensar, sentir y de ver el mundo. Cada uno de sus escritos está dedicado a alguien de su entorno, y en cada uno cuenta de manera -indirecta o directa- alguna anécdota de su vida. Pero también navega por sentimientos como la nostalgia, el enojo, la simpleza de la vida y las etiquetas.
También hace repasos superíntimos, y nunca antes expuestos públicamente por él. Por ejemplo, habla de las voces que él escuchaba y no lo dejaban conciliar el sueño. Esta experiencia la recoge en su poema Voces I y Voces II, donde narra las palabras fuertes que solía escuchar y que le gritaban que se rindiera y le cuestionaban si era feliz. “No dormía o dormía a las cinco de la mañana y a las siete ya estaba despierto para alistarme, y me tomaba tres horas para alistarme porque no podía con mi cuerpo, y yo entraba a las 10:30 a trabajar. Esas tres horas me las pasaba golpeándome la cara, diciendo ‘tengo que ir al trabajo, tengo que estar bien, no me pueden ver así porque me van a botar apenas me vean’”.
¿Quién es Juan José Avilés? “Siempre fui ese man que quería ser futbolista y cuando se dio cuenta de que no podía ser tan buen jugador de fútbol, quiso ser músico, y cuando se dio cuenta de que no era tan buen músico, quiso ser productor, y así con todas las cosas que he intentado en mi vida. Entonces yo diría que soy alguien que quiere estar todo el tiempo aprendiendo”, dice.
”Soy un man supermiedoso. A mí me dan miedo muchas cosas. He dejado de hacer proyectos increíbles, solo porque me ha dado miedo, pensar que va a salir mal. Crecí en un ambiente de sobreprotección (...). Soy alguien que no tiene mucha seguridad en sí mismo, pero cuando tiene que sacarla, la saca”, agrega Juanjo.
Anacrónicas uniones no está en librerías, pero puede acceder a un ejemplar contactando al autor por Instagram @juanjo.(E)