Cuando Jenny García migró de Ecuador a México, no imaginaba que allá iba a curar de dos formas: con su bata blanca y con su cuchara de palo.

Ecuatoriana, médica de profesión y chef por vocación tardía, Jenny no abandonó su carrera en la salud al dejar el país. Todo lo contrario. Hoy combina su trabajo como doctora en México con un emprendimiento culinario que rescata los sabores más auténticos de nuestra tierra.

Así, entre campañas de prevención y jornadas médicas empresariales combinadas con ‘sesiones’ gastronómicas, ha construido un puente emocional que une identidad, migración y sazón.

Manta fue la ciudad en la creció y cursó sus estudios hasta que retornó a Guayaquil, su ciudad natal, para graduarse como médica. Esta carrera la motivó a profesionalizarse en México, donde además de continuar preparándose se enamoró, se casó con un ingeniero mexicano y formó su propia familia (es madre de tres: Eliana, Helena y Elías).

“Soy parte de un equipo médico que se encarga de campañas de prevención a nivel de empresas, y estoy en el área de Colposcopía y Ultrasonido diagnóstico. Así divido mi tiempo entre la medicina, la familia y lo que consideré mi hobby y mi negocio: la comida ecuatoriana”, detalla García.

Dos vocaciones, una raíz

La primera vez que cocinó en México —para otros— lo hizo por nostalgia. Buscaba un sabor que la hiciera sentir menos extranjera. Preparó el típico puré de papa con arroz y carne apanada para sus amigos, ahora compadres.

“Realmente donde me sentí en casa fue el día que encontré verdes y preparé un tigrillo, el típico platillo que preparaba mi abuelita. Me transportó a un domingo desayunando tigrillo con carne y un huevito frito en su casa. Fui perfeccionando las recetas y mis amigos ecuatorianos que viven acá, y los que llegaban de visita fueron mis conejillos de india,y ahora son los platillos del menú de La hueca con sabor”, relata sobre los inicios de su emprendimiento en el extranjero.

‘La Hueca con Sabor’

Un arroz con pollo en casa de una amiga y la invitación de la Embajada de Ecuador en México para participar en la feria de la culturas amigas en la Ciudad de México dio paso a La Hueca con Sabor, nombre con el que bautizó su emprendimiento que ya tiene nueve años de funcionamiento.

“Los platillos son criollos, son de casa y así poder transmitir ese recuerdo a nuestros comensales en México. En la actualidad es un servicio de catering de cocina internacional, delivery, empacados y congelados al vacío de platillos criollos ecuatorianos”, detalla la ecuatoriana sobre su negocio en el que cuenta con un equipo de 24 personas.

García cuenta con un espacio para eventos en la Ciudad de México en el que cocinan el tradicional horno de leña manabita. “Gracias a la gestión de la chef Fanny Vergara, se logró traer desde Tosagua (el horno) y ahora es parte de nuestra cocina y de esta forma, cada mes, se reúnen clientes ecuatorianos con sus amigos y familia. Así podemos continuar con el legado de nuestra cultura, conservando las preparaciones de nuestros platillos criollos en tierras aztecas”, agrega.

En este emprendimiento, García trabaja a la par de su hija, quien fusiona también sus raíces mexicanas en la cocina.

Sabor típico ‘a domicilio’

Los cebiches de camarón, de pescado, sánduches de pernil, empanadas de verde y viento que sirvieron durante los festejos que realizó la Embajada de Ecuador en México la exquisitez de sus preparaciones cautivó nuevamente los paladares. En esta ocasión su contacto fue el más solicitado de la feria. Con esto vinieron también las cotizaciones de sus platillos, así como otras invitaciones en las que sus recetas eran las protagonistas.

“Llegó la pandemia, y el estar en casa fue una oportunidad para empezar a conocer del negocio y emprender; así nació el delivery. En esa época, Caty Benítez, una quiteña apasionada con conservar las tradiciones de Ecuador en México, se encargaba de los platillos de la Sierra y yo, de los costeños y de esta forma, publicamos un menú cada semana”, dice.

¿Qué hay en el menú de La Hueca con Sabor?

García explica que actualmente tienen tres líneas definidas en su emprendimiento:

  • Empacados y congelados al vacío de bocadillos ecuatorianos.  
  • Delivery con platillos de diferentes provincias del Ecuador.  
  • Bocadillos ecuatorianos para el catering.

“Nuestros más pedidos son la rosca de verde mixta. Yo misma hago el chicharrón y el queso lo consigo con unos amigos que lo hacen muy parecido al queso fresco manabita. Mi especialidad es la comida costeña: cebiche Jipijapa (el favorito), cazuela, bollo, seco de pollo, tonga y tenemos nuestro invento La Tonguita, mezcla de tonga y guatita”, indica sobre las opciones de la carta.

La gastronomía de la Sierra también está en el menú, afirma, y los comensales le han dado buena acogida a otros platos más tradicionales como la fanesca y la colada morada.

De sus inicios, en el 2016, García recuerda que comenzó su negocio con 350 pesos (al tipo de cambio de esa época) que serían alrededor de 21 dólares. “Ese fue el costo de los ingredientes del arroz con pollo para diez personas. Me acuerdo y me parece irreal que haya podido iniciar con tan poco dinero, pero eso sí muchas ilusiones”, añade.

¿Qué ingrediente (es) ecuatorianos llevas en tu maleta -literal o simbólicamente- a donde vayas?

De todo, por eso me encanta que vengan a visitarme, siempre con maleta llena y yo acá me encargo de que tengan un lindo paseo. Lo más codiciado para mí, el atún, la pasta de maní manabita, las semillas de achiote, el almidón de yuca.

En época de fanesca, los chochos y el pescado seco, los ingredientes de la colada morada. Las cervezas son una delicia y por supuesto todos los chocolates y dulces, realmente son únicos.

Por cuestiones de aduana, no todo pasa, realmente hay que tener mucha suerte, por eso aprendí a preparar sal prieta, pasta de maní, por ejemplo, y cuando viajo a Estados Unidos, en algunas ciudades, venden productos ecuatorianos, y yo los traigo, aunque tenga que pagar una maleta extra, no me importa, pero los tengo que tener en mi casa. (I)