Un jachudo, según el Diccionario de la lengua española (DLE), es alguien que tiene los dientes muy grandes. Esto de los «dientes grandes» se sustenta en el origen de jachudo, que parte de jacha y -udo. Jacha es un sustantivo coloquial que significa ‘diente grande y feo’; el sufijo -udo se emplea para intensificar el sentido de lo que se indica en la raíz. Por ejemplo, el nombre carrilludo denota que la persona de que se trata tiene muy abultados los carrillos (cachetes, mejillas, pómulos). De la misma manera, jachudo es una persona que tiene los dientes de tamaño desmesurado, como se explicó líneas arriba.

Aunque este uso no consta en el DLE, el adjetivo jachudo se emplea en el Ecuador para referirse a una ‘persona terca o desobediente’, acepción que se expone en el Diccionario de americanismos con la etiqueta de «obsoleto»; pero en este país los jachudos siguen vivitos y coleando.

En el contexto ecuatoriano, asimismo, suele emplearse con los sentidos de ‘hombre valiente, fuerte y musculoso’. No obstante, este registro es arcaico.

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Abracadabrante y papahuevos

De abracadabra, voz cabalística a la que se asignan efectos mágicos, se originó el adjetivo abracadabrante, que significa ‘muy sorprendente y desconcertante’. De papar (comer alimentos blandos) y huevo surgió el sustantivo papahuevos, con la acepción de ‘papanatas’ (persona ingenua y fácil de engañar).

FUENTES:

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Diccionario de la lengua española (versión electrónica) y Diccionario de americanismos (2010), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española. Barbarismos fonéticos del Ecuador (1922), de Gustavo Lemos Ramírez; Juegos de hacienda (1992), de Sergio Núñez Santamaría.