Lo motiva la naturaleza. Sus obras son como un llamado a concientizar a quienes las ven. Paisajes, animales, plantas, la madre natura pura es el principal motivo de las obras de José Luis Toaquiza, un artista que no pasó por la rigurosidad de lo académico. Todo lo obtuvo de su padre y su tío, quienes le enseñaron, inicialmente, el uso de materiales nobles, como el cuero de borrego, para poder plasmar su arte y poder dejarlo en la retina de quienes han visto sus exposiciones dentro y fuera del país.

Toaquiza es heredero de una reconocida tradición familiar de pintores indígenas de la comunidad de Tigua, provincia del Cotopaxi. Empezó a los 8 años de edad. A sus 33 posee una trayectoria destacada en el arte del Ecuador. Además de exhibiciones individuales, Toaquiza participó en 2012 en la Primera Bienal Continental de las Artes Indígenas, convocada por Conaculta en México. En el 2015 fue invitado a República Dominicana, donde obtuvo un reconocimiento de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, Facultad de Artes. Y recientemente, en 2019, obtuvo el Premio Wilson —máximo galardón— en el décimo segundo Festival Internacional de Arte Naif en Polonia - Katowice de la Galería Szyb Wilson.

Obra 'Galápagos paraíso natural'. Dimensiones: 50 cm x 70 cm. Técnica: Acrílico sobre cuero tratado. Artista: José L. Toaquiza.

“Para 2020, los organizadores de ese festival desarrollado en Polonia me invitaron para que una de mis obras sea la imagen del evento. Diseñé la obra, pero por la pandemia no se realizó la nueva edición”, dice Toaquiza. No obstante, su obra sí estará en una muestra como una actividad paralela a la Bienal Internacional del Bioceno: ‘Cambiar el verde por azul’, tal como ha sido denominada por la Fundación Municipal Bienal de la capital azuaya, y que se desarrolla desde el 10 de diciembre hasta el 22 de febrero de 2022.

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Allí estará presente Toaquiza con Los otros reinos, Toaquiza barroco, una propuesta plástica que trasciende el arte narrativo costumbristaa. “Es como un renacer en momentos en que la pandemia aún no da tregua. Es un nuevo comienzo, pero con la bendición de Dios, ya estamos aquí. Es una forma de retomar en este siglo. La pandemia nos dejó con una intriga de si pasamos o no, de si viviremos o no. Ante la emergencia del COVID-19, tuve que alejarme y busqué refugió allí donde me siento más cómodo. Me trasladé a una finca alejada de la ciudad, pero para mí era algo maravilloso, porque estuve rodeado de animales y plantas. Fue algo mágico, porque esa preocupación que tenía por el contagio desapareció cuando me establecí allí. Prácticamente lo que yo he venido pintando se convirtió de repente en mi refugio”.

Obra 'Expresiones de amor y peligro al reflejo del atardecer'. Dimensiones: 100 cm x 150 cm. Técnica: Acrílico sobre cuero tratado. Artista: José L. Toaquiza.

El artista hace un llamado a la conservación: “Es mi única forma de decirle al mundo que la naturaleza es lo más valioso que tenemos en esta vida. Es el pulmón del planeta, pero una gran parte de las personas aún no lo entiende. He visto en noticias cómo va cambiando el ecosistema debido a la erosión, los terremotos, los deslaves... Se ha empezado a destruir sin control, sin ningún tipo de manejo ecológico. Como artista, donde yo camino siempre veo hasta lo más mínimo para darme cuenta de lo hermoso que nos da la naturaleza. Lo que quiero con mi pintura es transmitir las veces que he tenido esas emociones, esas sensaciones”.

“La multiplicidad de figuras que llenan los espacios bidimensionales del cuadro alude a un barroquismo americano, inocente o naif, pero también exalta la maestría del oficio pictórico, enfocado por el artista en la necesidad de pervivencia de la belleza y biodiversidad de la naturaleza”, dice Madeleine Hollaender, la curadora de la exposición individual que podrá visitarse desde este sábado 11 de diciembre en la Galería Miguel Illescas de Cuenca.

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“Mi padre, Luis Toaquiza, quien con esmero y mucha disciplina me orientaba con frases muy sabias, como ‘¡un verdadero maestro del arte o de la música se forma practicando desde la medianoche!’. Día a día fui acogiendo sus enseñanzas y lo puse en práctica, comprendí que la imaginación no tiene límites, y mucho más para un artista: el artista debe ser infinito para crear siempre algo nuevo”, recuerda Toaquiza.

“Es momento de reflexionar, proteger lo que nos queda, así frenar nuestra propia destrucción y seguir disfrutando por mucho tiempo a la madre naturaleza. Mi experiencia con Madeleine Hollaender, una persona de amplia experiencia en el arte, ha sido maravillosa, ella ha sido como mi segunda madre. Desde que me conoció siempre ha valorado mi arte; tuvo una gran amistad con mi padre. Ella me decía: ‘José Luis, tienes gran futuro en el arte’. Siempre estuvo promocionando mi trabajo en su galería y en otras exposiciones”.

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Inauguración: sábado 11 de diciembre de 2021, a las 11:00

Lugar: Galería Miguel Illescas

Dirección: Calle Larga 1-209, a 100 metros del Museo Pumapungo, Cuenca-Ecuador.