Las expresiones «visto» y «visto bueno» comparten la raíz, pero sus acepciones son distintas. Proceden de la voz latina «videre» (ver), que a su vez se relaciona con el participio «visitus», cuyo sentido es ‘lo visto’ o ‘lo que se ha visto’.
Según el Diccionario de la lengua española, el adjetivo «visto» es una fórmula que se emplea en el campo de la jurisprudencia para dar por concluida la vista pública de un negocio o para anunciar el pronunciamiento de un fallo. Ejemplo: El fiscal aún no da su visto para que concluya el juicio.
Como «visto» es el participio pasado del verbo «ver», también se usa para transmitir la idea de ‘visualizado’; pero esto no denota ‘aprobación o desacuerdo’, tan solo indica que ‘se ha visto’. Ejemplo: El mensaje ya tiene el doble visto azul.
«Visto bueno» es una fórmula que se pone al pie de algunos documentos. Va acompañada de la firma de una persona autorizada que certifica su validez o aprobación. Ejemplo: Este documento no tiene el visto bueno del gerente.
Se usa también en frases que expresan conformidad o autorización. Ejemplo: Yo no he dado mi visto bueno para que hagas la fiesta.
En conclusión, estas expresiones tienen diferencias semánticas. En el ámbito legal, «visto» es una fórmula que ‘se usa para anunciar un fallo’; también ‘se emplea en otros contextos para indicar la acción de visualización’. En cambio, «visto bueno» denota ‘aprobación’, ‘conformidad’ o ‘autorización’. (F)
FUENTES:
Diccionario de la lengua española, Diccionario del estudiante (versiones electrónicas), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española.