La escritura de los sustantivos epicenos es invariable, solo cambia para indicar el plural de estos nombres. De tal manera que la palabra orangután (singular) únicamente puede cambiar a orangutanes (plural).

El género gramatical de estos vocablos es único; es decir, se emplean de manera indistinta para mencionar tanto a individuos del sexo masculino como a los del femenino.

En el grupo de los epicenos hay masculinos: cisne, delfín, búho, pez, galápago; y femeninos: perdiz, tortuga, lombriz, pantera, hormiga, etcétera.

Cuando se necesite especificar el sexo de los animales de este grupo, hay que emplear las palabras macho o hembra: el orangután macho, el orangután hembra (no «la orangutana», como dice el estribillo de una vieja canción); el cisne macho, el cisne hembra; el galápago macho, el galápago hembra; la perdiz macho, la perdiz hembra; la tortuga macho, la tortuga hembra; un chimpancé macho, un chimpancé hembra.

En el conjunto que antecede cáptese que los artículos o determinantes van en función del género de cada sustantivo epiceno. Aparte de este dato fundamental, interiorícese que la concordancia se aplica considerando el género gramatical del sustantivo epiceno, no el sexo del referente; por lo tanto, diremos o escribiremos, por ejemplo: «el orangután hembra está herido», porque «herido» concierta con el género masculino de «orangután»; «la jirafa macho quedó atrapada entre las ramas de un árbol, porque «atrapada» concuerda con el género femenino de «jirafa». (Actualizado de La esquina del idioma II). (F)

FUENTES:

Diccionario de la lengua española, Diccionario panhispánico de dudas y Nueva gramática de la lengua española, de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española; La esquina del idioma II, de Piedad Villavicencio Bellolio.