El escenario de las festividades julianas es propicio para recordar expresiones que se relacionan con el Guayaquil del siglo pasado. Entre esos vocablos están espumilla, barquillo y candi suiza, que eran de empleo cotidiano entre los hablantes de esa época. Revisemos sus descripciones.

La espumilla es un dulce que se elabora con claras de huevo batidas, azúcar y pulpa de frutas, como naranjilla, mora y guayaba. Es una golosina que suele decorarse con bolitas de caramelos multicolores. Espumilla es diminutivo de espuma. Su sinónimo es merengue.

El vocablo barquillo se usa para referirse a un canuto o cono horneado elaborado con harina sin levadura; también, con azúcar, miel o canela. Se trata de un receptáculo ideal para servir espumilla o helados. Barquillo es diminutivo de barco. Sus sinónimos son cucurucho, canutillo, canuto y cono.

El candi suiza es un caramelo de color blanco o rosado, con sabor a nuez, almendra o avellana. El gentilicio suiza posiblemente se debe a la paternidad de su receta. Candi se relaciona con «azúcar cande» y «azúcar candi», que están en el diccionario académico con el sentido de ‘azúcar en cristales grandes, obtenido por un proceso de cristalización muy lento’.

El candi suiza se vendía en las noches por las calles del Guayaquil de antaño. Los vendedores llevaban esta golosina en unas carretas que iban alumbradas por un candil (lamparilla de aceite) o una petromax (lámpara alimentada con queroseno).

Las generaciones actuales identifican muy bien el barquillo y la espumilla; pero ignoran lo que es el delicioso candi suiza, aunque este dulce pervive con otros nombres y diferentes formas de expendio. (Actualizado de La esquina del idioma II). (F)

FUENTES:

Diccionario de la lengua española y Diccionario de americanismos (versiones electrónicas), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española; La esquina del idioma II (2018), de Piedad Villavicencio Bellolio.